Durante los últimos meses, se han popularizado en el mundo rural una serie de palabras, como macrogranjas, agricultura industrial o megatractores, que a menudo parecen buscar el menoscabo de determinadas actividades, antes que su ensayo en condiciones similares a las de nuestro país.
La contraposición de una agricultura industrial con una idílica agricultura natural no tiene mucho sentido, pues actualmente la mayoría de los procesos reproductivos y alimentarios ocurren de forma similar a otras alternativas en ganadería aviar, porcino, vacuno, cereales, y múltiples materias primas y productos derivados. Las actividades relacionadas con el desarrollo de nuevas tecnologías a gran escala están explicadas a fondo en el Boletín Oficial del Estado, con detalles que incluyen funciones de la autoridad coordinadora, registro de contratos alimentarios, prácticas comerciales desleales y régimen sancionador, entre otras. La lectura de los textos publicados es muy recomendable por su trascendencia hasta en el precio del producto final, y representan un ejemplo de aplicación a la producción de las prácticas de marketing. Aunque la mayoría de los gestores aún no dispone –o no puede disponer- del terreno e instalaciones suficientes para gestionar una macrogranja, las ventajas de disponer de fincas de gran tamaño, equipadas con equipos avanzados de siembra, recolección y capacidad negociadora, permiten importantes beneficios y eficiencia, siempre que lo permitan las autoridades competentes. Quedan por definir algunas cuestiones, pero en principio su empleo no parece excluir los beneficios de la Sanidad Vegetal y gestión integrada de plagas. El control preventivo de plagas y enfermedades es importante e independiente del tamaño de cada explotación, con tendencia hacia más beneficios en las fincas grandes, gracias a equipos de aplicación más actualizados y eficientes. El tamaño de cada explotación es importante, pero también lo es la profesionalidad, la formación y la motivación de los empleados. Como se ha demostrado en España, el cuidado de las granjas requiere estrictas medidas de aislamiento, para que nuestro país siga libre de focos de temibles plagas y enfermedades como la peste porcina africana.
