Desde finales de los años 80, la conciencia adquirida sobre los peligros que plantea el uso masivo de productos fitosanitarios en la agricultura ha aumentado enormemente. La opinión pública y la política se han vuelto cada vez más consciente en temas de seguridad alimentaria, impacto ambiental y salud, seguridad y bienestar de trabajadores y animales. La UE ha emitido un número creciente de regulaciones y estableció un Green Deal para los próximos años, basado en la sostenibilidad. La estrategia F2F (Farm to Fork) establece para 2030 objetivos ambiciosos para reducir agroquímicos y desarrollar la agricultura ecológica (+25% de las áreas cultivadas). En las últimas décadas, la agricultura está llamada a afrontar la crisis la económico-ambiental y problemas a nivel de comunidades, ecosistemas y biosfera. Por tanto, necesita una ‘visión sistémica’ para innovar profundamente el sistema agroalimentario y abordar adecuadamente la cuestión de la sostenibilidad. En este momento hay un conflicto potencial entre los dos paradigmas de innovación, ‘bioeconómica’ y ‘agroecológica’, la primera a nivel de producto/proceso (ej. cisgénesis, agricultura vertical, hidroponía), la segunda a nivel de innovación del sistema cultivo-finca-territorio, que implica no solo la redefinición de principios y prácticas (Producción Integrada), sino también del modelo agricolo (Agroecologia). En este contexto, se analizarán aquì brevemente algunos aspectos generales relacionados con la aplicación de la Producción Integrada en frutales en Italia y se presentarán algunas experiencias prácticas de estrategias agroecológicas (Fig. 1).
En 1986 la Region Emilia-Romagna lanzò uno del los primeros proyectos para difusión e divulgación de la Lucha/Producción Integrada, gracias a lo cual esta técnica se desarrolló extensamente y naciò marcas de garantía, primero de cooperativas de productores, luego de cadenas de supermercados. Fue el resultado de una feliz combinación de gobierno local con visión estratégica, investigación aplicada de organismos científicos y una transferencia de resultados a los productores, a través de una fuerte inversión en capacitación (Tab.1).
Desde entonces, cada Estado Miembro hoy tiene Reglamentos Técnicos para aplicar la Producción Integrada en muchos cultivos, principalmente en frutales, donde nació esta técnica y más se experimentó.