La apuesta por la diversificación en el cultivo de frutos rojos tiene un importante impacto en su sanidad, debido, por una parte, al incremento en el número de variedades cultivadas, que presentan distintas respuestas de resistencia/susceptibilidad a patógenos y plagas, y por otra, al hecho de la instalación en parcelas cercanas de cultivos (fresa, arándano, frambuesa) que están afectados por las mismas enfermedades y plagas. En este caso se encuentran la antracnosis y la pestalotiopsis, de cuyos síntomas en fresa, ciclo de vida, epidemiología y control trata este trabajo.
Tanto Colletorichum acutatum (agente causal de antracnosis) como Pestalotiosis (Neopestalotiopsis) clavispora (agente causal de pestalotiopsis) han sido detectados en la provincia de Huelva, afectando a fresa y arándano (Barrau y col., 2001; Borrero y col., 2018; Chamorro y col., 2016; De los Santos y Romero, 1999). Las esporas de estos hongos se dispersan principalmente por salpicaduras de agua, pero también por el viento, insectos o por el manejo de los propios trabajadores, de forma que puede haber una transmisión entre parcelas y cultivos, más aún teniendo en cuenta que el arándano es un cultivo perenne.
En fresa, ambos patógenos ocasionan síntomas en frutos, hojas, pecíolos, estolones, corona y raíces, llegando a provocar la muerte de la planta. En el caso de la antracnosis, las manchas en fruto son hundidas, firmes y circulares, apreciándose una coloración anaranjada que corresponde a la esporulación del hongo, y los aquenios, en la zona afectada se tornan de color negro. Las lesiones ocasionadas por Pestalotiosis spp. con el tiempo se cubren de una masa de esporas de color negro, y ocasionalmente los frutos pueden desarrollar síntomas en post-cosecha (Baggio y col., 2020).
Comprar Revista Phytoma 331 – Agosto-Septiembre 2021