La citricultura valenciana está afectada por una crisis que dura ya varios años. La Comunidad Valenciana es la primera productora española de mandarino; dentro de este grupo, las variedades de clementino se cultivan de forma predominante. El mapa varietal de la Comunidad Valenciana no ha sufrido modificaciones significativas durante los últimos veinte años. La introducción en su momento de variedades híbridas de mandarino diploides (Nova, Fortune, Murcott y Ortanique) provocó la polinización cruzada entre las variedades de clementino existentes y estos híbridos (en valenciano, pinyolà), depreciando comercialmente las variedades cultivadas.
Se precisa por tanto que el mapa varietal de la citricultura valenciana se adapte a un tipo de cultivo más sostenible, compatible con la cría de abejas y más adaptado a las nuevas condiciones climáticas fruto del calentamiento global.


Las nuevas variedades de mandarino irradiadas e híbridos triploides van a permitir el desarrollo de una nueva citricultura medioambientalmente más sostenible y compatible con la cría de las abejas ya que estas variedades presentan pólenes y óvulos estériles. En el IVIA se han obtenido variedades irradiadas que ya se comercializan (Neufina y Murina) e híbridos triploides (Safor). Actualmente, dispone de híbridos triploides muy interesantes como el IVIA TRI-707, NulT-449 y el mandarino Alborea. Los dos primeros se han obtenido a partir de polinizaciones con Clemenules tetraploide (4x) como parental femenino mientras que Alborea se obtuvo a partir de hibridaciones entre parentales diploides (Fortune x Wilking).
En este sentido, el IVIA es pionero en la utilización de diferentes estrategias basadas en la hibridación sexual entre parentales interploides y entre parentales diploides para la obtención de nuevos híbridos triploides de mandarino que produzcan fruta con excelentes propiedades organolépticas y sean resistentes a algunos de los factores bióticos y abióticos que afectan a nuestra citricultura.
La producción de mandarinas españolas se ha caracterizado por ofrecer al mercado frutos sin semillas. Mientras se cultivaron variedades de naranjo del grupo navel y mandarinos del grupo de las clementinas y satsumas, la presencia de semillas en los frutos era anecdótica, fundamentalmente debido a la nula o escasa viabilidad de los gametos masculinos y femeninos de las náveles y satsumas. La introducción de los híbridos diploides de mandarino, junto con la presencia de insectos polinizadores como las abejas, originó la polinización cruzada entre las clementinas y los híbridos tipo mandarino, propiciando la aparición de semillas en los frutos de ambos grupos de variedades (pinyolà) y provocando un problema comercial ya que los consumidores no aceptan los frutos con semillas.
Desde el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), equipos de investigadores se pusieron a trabajar para obtener nuevas variedades de mandarino que ni polinicen ni puedan ser polinizadas. Ante esta situación se abrieron dos líneas de investigación: la obtención de nuevas variedades de mandarino mediante irradiación y un programa de mejora genética de cítricos dirigido hacia la obtención de híbridos triploides (Navarro y col., 2015).