El cultivo del olivo se encuentra en plena evolución en lo que respecta a los sistemas de producción, pasando del sistema tradicional a sistemas de cultivo intensivos o superintensivos en las últimas décadas. En este contexto, factores como la mayor densidad de plantación, el incremento del número de hectáreas en regadío y la mayor mecanización de labores agrícolas como la poda y la recolección han propiciado la aparición de nuevos síndromes de ‘seca’ de ramas en el olivar. Prospecciones llevadas a cabo por el Grupo Patología Agroforestal AGR-216 de la Universidad de Córdoba revelan la presencia de diversidad de hongos de carácter vascular que pueden estar asociados a la ‘seca’ de ramas y ramillas en olivares en seto. Por tanto, en este artículo se presenta un resumen sobre la etiología de este nuevo síndrome se ‘seca’ de ramas observado en los últimos años en Andalucía, en el que se describen las siguientes especies fúngicas: Acremonium sclerotigenum, Cadophora luteo-olivacea, Paracremonium sp., Phaeoacremonium italicum, Pm. minimum, Pm. parasiticum, Pm. scolyti y Psedophaemoniella oleicola. De entre todas ellas, Ca. luteo-olivacea resultó ser la más virulenta cuando se evaluó su patogenicidad en plantones de olivo.
El cultivo del olivo se encuentra en plena evolución en lo que respecta a los sistemas de producción, pasando del sistema tradicional a sistemas de cultivo intensivos o superintensivos. En este sentido, desde finales de los 90 se ha ido estableciendo el cultivo en seto, que además de facilitar la recolección mediante el uso de cosechadoras cabalgantes, adelanta significativamente la entrada en producción de estas plantaciones en relación a otros sistemas de plantación intensivos o tradicionales. Actualmente, la superficie del olivar en seto ocupa alrededor de 100.000 ha, de las que aproximadamente el 50% se encuentran en España, y el resto distribuidas en Portugal, Chile, EE UU, Marruecos, Arabía Saudí y Túnez. Las variedades de olivo que mejores resultados están dando por su adaptación al cultivo en seto son ‘Arbequina’, ‘Arbosana’ y ‘Koroneiki’ (Barranco y col., 2017).
Los síndromes de chancros y ‘seca’ de ramas del olivo causados por hongos se conocen desde finales del siglo XIX, desde que Saccardo los describiese por primera vez en olivo en Italia en 1892. Posteriormente, éstos se han descrito en las principales regiones olivares del mundo asociados a gran diversidad de especies fúngicas (Úrbez-Torres y col., 2013; Moral y col., 2019). Particularmente en Andalucía, la ‘seca’ de ramas en el olivar tradicional se ha descrito asociada principalmente con la especie Neofusicoccum mediterraneum, observándose un marcado efecto varietal, siendo Gordal Sevillana la variedad de olivo más susceptible (Agustí-Brisach y col., 2017; Moral y col., 2017).