En los últimos años se está observando un incremento en la incidencia de ácaros en el cultivo de cítricos. Este incremento se debe a la expansión de Eutetranychus banksi (Mc Gregor), una plaga que se comporta competitivamente desplazando al resto de especies de ácaros presentes en el cultivo. Se han encontrado diferentes enemigos naturales asociados a E. banksi; entre ellos, Euseius stipulatus (Athias-Henriot) es el fitoseido más abundante, sin embargo, presenta poblaciones extremadamente bajas durante el verano. Los experimentos de laboratorio llevados a cabo indican que E. banksi no supone una dieta adecuada para E. stipulatus, produciendo un descenso de su fecundidad y mortalidad. Por todo esto, Eutetranychus banksi no presenta un buen control biológico, desarrollando poblacionales altas al final del verano que causan daños en hojas y frutos. La población de E. banksi se concentra en las hojas del exterior de la copa, donde los ácaros consumen el contenido de las células del parénquima foliar, reduciendo su contenido en clorofila y rendimiento cuántico, lo que se traduce en un descenso de su capacidad fotosintética. Por otro lado, la población de ácaros en fruto es baja, y los daños en la superficie del fruto se concentran en la ‘cara de sol’, mezclándose con la decoloración producida por el golpe de sol, de tal forma que no se observan diferencias de coloración entre frutos atacados y no atacados.
Los ácaros de la familia Tetranychidae producen importantes daños en los cultivos hortícolas y leñosos a nivel mundial. Estos ácaros se alimentan de las células de la epidermis y el parénquima de hojas y frutos, reduciendo la capacidad fotosintética de las hojas, así como afectando a la coloración de los frutos, produciendo con ello daños estéticos que reducen su valor comercial. En los cítricos españoles tradicionalmente se han citado dos especies de esta familia: Panonychus citri (McGregor) y Tetranychus urticae (Koch). Sin embargo, en el año 2001 los cítricos del sur de España fueron invadidos por dos nuevas especies de ácaros tetraníquidos, el ácaro de Texas Eutetranychus banksi (McGregor) y el ácaro oriental Eutetranychus orientalis (Klein) (García y col., 2003). Aunque en ambos casos se desconoce el país de origen, E. orientalis es una especie común en muchos países de Asia y el continente africano, mientras que E. banksi se encuentra distribuido por toda Sudamérica, desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de Argentina. Eutetranychus orientalis fue detectado por primera vez en España en la provincia de Málaga y se extendió rápidamente en sentido oeste llegando hasta Huelva y el valle del Guadalquivir, así como en sentido este hasta la provincia de Valencia (Vela y col., 2013). Por otro lado, E. banksi (Foto 1) fue detectado por primera vez en la región del Algarve portugués (Carvalho y col., 1999), y en apenas dos años fue detectado en la provincia de Huelva, donde permaneció alrededor de una década sin realizar nuevos desplazamientos (García y col., 2003). En 2013 E. banksi se detectó por primera vez en parcelas citrícolas al sur de la provincia de Valencia, y desde entonces se ha extendido a otras regiones de la Comunidad Valenciana.