La estrategia ‘De la granja a la mesa’ del Pacto Verde Europeo tiene como objetivo la reducción del 50% en el uso de fitosanitarios químicos en 2030, lo que supone un reto sin precedentes para la agricultura de la UE. En fitopatología, los modelos epidemiológicos se pueden desarrollar para describir, entender, predecir y comparar las propias epidemias o sus componentes. Los pasos para desarrollar un modelo epidemiológico son primero definir los objetivos, revisar la literatura existente y desarrollar su estructura matemática. La validación de los modelos es un paso fundamental, pero muchas veces obviado en la práctica. Los modelos de predicción de enfermedades y los umbrales de intervención son componentes esenciales de los sistemas de ayuda en la toma de decisiones (DSS). A diferencia de los programas de aplicación a calendario, los DSS permiten programar las aplicaciones fungicidas en función del riesgo de enfermedad, realizando así los tratamientos cuando son realmente necesarios. Mediante una revisión bibliográfica sistemática se seleccionaron un total de 80 estudios de evaluación de DSS, que se analizaron conjuntamente con la técnica estadística del metanálisis. Los resultados de este análisis global demuestran que la eficacia de las estrategias DSS es equivalente a las de calendario, pero con la mitad de aplicaciones fungicidas. La adopción de los DSS en el control de enfermedades será por lo tanto determinante para cumplir con el objetivo de reducir en un 50% el uso de fitosanitarios en la UE.
La Directiva 2009/128/CE de la Comisión Europea estableció el marco jurídico común para promover un uso más sostenible de los productos fitosanitarios y en definitiva reducir su uso en la Unión Europea (UE). La voluntad de reducir el uso de estos productos se ha vuelto a poner de manifiesto en la estrategia ‘De la granja a la mesa’ del Pacto Verde Europeo, que tiene como uno de sus principales objetivos la reducción del 50% en el uso de fitosanitarios químicos de aquí a 2030 (EC, 2020). Sin embargo, tras más de una década de la Directiva 2009/128/CE en vigor, los informes oficiales señalan la limitada aplicación de las medidas para reducir el uso de fitosanitarios en la UE, con una marcada estabilidad en las ventas globales durante el periodo 2011-2017 (ECA, 2020).
Las ventas anuales de fitosanitarios en la UE ascendieron a casi 360.000 toneladas. Con unas 165.000 toneladas anuales, los fungicidas son el grupo más vendido representando el 46% del total de fitosanitarios en la UE. De hecho, la cantidad de fungicidas vendidos anualmente a nivel comunitario se incrementó hasta un 11% en la última década (Eurostat, 2021). A pesar del uso de cultivares resistentes y las estrategias de gestión integrada, los fungicidas siguen contribuyendo en gran medida al control de enfermedades que afectan a nuestros cultivos (Oliver y Hewit, 2014). La introducción de nuevas enfermedades fúngicas, asociada a la globalización del comercio y el cambio climático (Fisher y col., 2012), ha aumentado todavía más la dependencia de los fungicidas por parte de los agricultores.