Uno de los principales problemas del cultivo del arroz en España es el control de malas hierbas. En la actualidad, la mayoría de herbicidas autorizados para este cultivo pertenecen a dos grupos: inhibidores de la ALS (B,2) e inhibidores de la ACCasa (A,1). Dentro de un proyecto de investigación que está siendo realizado por distintos organismos de las diferentes regiones arroceras de España, se han confirmado resistencias a herbicidas en poblaciones de Echinochloa spp., Leptochloa spp. y Cyperus difformis. En este trabajo se presentan de forma general los resultados encontrados hasta el momento por regiones, y de forma más concreta, para el caso de Extremadura.
La superficie de cultivo de arroz en España es de alrededor de 105.000 ha, siendo las principales zonas arroceras Andalucía, Extremadura, Cataluña y Comunidad Valenciana, seguidas por Aragón y Navarra (MAPA, 2021). En los últimos años se ha producido una disminución anual, leve pero continua, de la superficie de cultivo. Esta disminución se debe principalmente a la bajada de rentabilidad del cultivo. Las principales causas de esta bajada son el estancamiento de los precios de este cereal, situación similar a otros sectores agrarios, y un aumento de los costes de producción. Este incremento viene principalmente asociado a un aumento en el uso de los herbicidas, debido a una mayor dificultad en el control de las malas hierbas. La escasez de soluciones fitosanitarias y su concentración principalmente en dos modos de acción (inhibidores de la ALS e inhibidores de la ACCasa, Figura 1) ha incidido notablemente en el agravamiento del problema, ya que está creciendo de forma alarmante la aparición de poblaciones de malas hierbas resistentes a estos grupos de herbicidas. Esta situación implica realizar un uso más adecuado de las soluciones disponibles, utilizando medios de control alternativos como falsas siembras, siembras sobre terreno seco, etc. así como el empleo de herbicidas que se encuadren en grupos con diferentes modos de acción.
Ante este panorama, es de gran importancia conocer la situación actual de las resistencias que nos podemos encontrar en nuestros arrozales, así como realizar un seguimiento de su evolución. Esto nos ayudara a plantear estrategias de control adecuadas. Cada zona arrocera presenta unas características diferenciales en función de tipo de climatología, tipo de suelo, disponibilidad de agua etc, y puede requerir diferentes modos de actuación, pero también nos encontramos medidas que pueden ser aplicables a todas o buena parte de las comarcas arroceras de España. Los problemas ocasionados por las malas hierbas pueden provocar cambios drásticos en los sistemas tradicionales de cultivo. El ejemplo de Extremadura puede ser llamativo; donde, debido a los graves problemas ocasionados por las malas hierbas, se pasó un gran porcentaje de la superficie de siembra en inundación a siembra en terreno seco. Pero estos cambios en los métodos de cultivo no son definitivos, la reiteración en los mismos sistemas de explotación provoca al final unos problemas similares.