La importancia del cultivo de arroz en Colombia radica en el número de hectáreas sembradas, producción, empleo, entre otras, y desde el punto de vista agronómico por la complejidad de la problemática de malezas, el uso intensivo de herbicidas para su control y la presión de selección a causa del uso. El presente artículo pretende mostrar el estado actual (últimos veinte años) de la resistencia de malezas a herbicidas en Colombia. Hablar de resistencia de malezas a herbicidas en arrozales colombianos es nombrar especies muy comunes como liendrepuerco (jungle rice), paja rugosa o falsa caminadora (wrinklegrass), pasto azul o Chloris (radiate fingergrass), pata de gallina (goosegrass), arroz maleza (weedy rice), entre otras. Ya para el caso de herbicidas, es comentar mecanismos de acción como inhibidores del fotosistema II (propanil), fotosistema I (paraquat), auxinas sintéticas (quinclorac), ACCasa (fenoxaprop-P-etil, cihalofop-butil), EPSPS (glifosato) y ALS (bispiribac-sodio, imazamox, imazapic), siendo los de mayor frecuencia ALS y EPSPS; tendencias similares a las presentadas a nivel mundial.
El área en uso agrícola en Colombia ha mostrado crecimiento en los últimos cinco años, pasando de 2,8 a 4,6 millones de hectáreas desde 2015 hasta 2019, representando un incremento anual del 16% entre los periodos 2015 y 2018, y de 4% entre el 2018 y 2019; explicado a partir del aumento en los cultivos permanentes (DANE, 2019). Del total de área sembrada en Colombia, el café ocupa el primer lugar con 15,8% y palma de aceite, el segundo lugar con 10,3%; ya el tercero y cuarto lugar se encuentran cultivos semestrales como arroz mecanizado con 10,1% y maíz amarillo con 6,2%. Posteriormente, le siguen cultivos como el plátano con 5,7%, y en sexto lugar, de acuerdo al área sembrada, lo ocupa la caña de azúcar con 5,6% (DANE, 2019).
Para contextualizar muy brevemente, el cultivo del arroz se siembra en cinco zonas productoras, que alcanzan las 500 mil hectáreas aproximadamente, en las cuales el 71,7% de los productores cuentan con áreas menores a 10 has. Con respecto a los rendimientos, estos dependen del sistema de producción, con énfasis en el manejo del agua, por lo cual en lotes con riego alcanzan producciones entre 3,4 a 6,9 t/ha y en secano 3,0 a 4,7 t/ha (DANE y FEDEARROZ, 2017).