La integración de la biodiversidad en las explotaciones agrícolas se ha convertido en un trending topic, tanto por razones de necesidad agronómica, exigencias de certificaciones o por motivos de valor añadido de la producción. De hecho, las estrategias europeas (Green Deal, ‘De la granja a la mesa’) realizan una apuesta decidida por la sostenibilidad del sector agrícola. En muchos casos, las medidas de promoción de la biodiversidad, tales como las infraestructuras verdes, se implementan en espacios marginales de las explotaciones, como por ejemplo taludes de embalses de riego, ribazos, bordes de caminos, etc. En este sentido, la configuración espacial de los entornos de invernadero presenta espacios no cultivados en su perímetro, que son adecuadas para albergar este tipo de intervenciones.
Sin embargo, hasta fechas relativamente recientes, la tendencia generalizada ha sido mantener estos espacios libres de vegetación o cubiertos con vegetación ornamental y/o invasora, suponiendo una pérdida de oportunidades para la obtención de servicios ecosistémicos. Para vencer estas reticencias, la colaboración entre investigadores, técnicos del sector agrícola y organizaciones ambientales se perfila como una estrategia útil para la implementación de este tipo de infraestructuras verdes, permitiendo la llegada de recursos beneficiosos adicionales a las explotaciones, como el control biológico de plagas y la conservación de biodiversidad.
La conservación y recuperación de la biodiversidad supone uno de principales retos a los que se enfrenta el Pacto Verde Europeo (Comisión Europea, 2019). En el caso concreto del sector agrícola, esta iniciativa se materializa en la Estrategia de la Granja a la Mesa (Comisión Europea, 2020) que apunta a la necesidad de revertir la pérdida de biodiversidad. Además, la necesidad de conservar biodiversidad en explotaciones agrícolas se beneficia de estrategias agronómicas sostenibles como el control biológico (Altieri y col. 1982), la polinización (Klein y col. 2007), los requerimientos de certificaciones, o como herramienta para incrementar el valor añadido de las producciones. En determinados casos, la ejecución de este tipo de intervenciones obedece, en algunos casos, a obligaciones legales (Ley 3/2020).