Hasta ahora, son escasos los estudios que evalúan el efecto de la relación mutualista pulgón-hormiga sobre el control biológico en los cultivos hortícolas protegidos. Nuestro grupo de investigación estudia la acción neta de las hormigas sobre los pulgones, e intenta manipular la relación mutualista utilizando distintas estrategias para favorecer el control biológico. Por otro lado, dentro de la estrategia integrada, y teniendo en cuenta la conservación de la biodiversidad en el paisaje agrícola y el control biológico natural, estudiamos técnicas de marcaje de los enemigos naturales de las plagas, con el objetivo de conocer sus movimientos entre el cultivo y las plantas refugio.
La Gestión Integrada de Plagas (GIP) es un enfoque interdisciplinario que promueve sistemas de producción más sostenibles y menos dependientes de productos fitosanitarios para el control de plagas agrícolas. En los Estados miembros de la Unión Europea, la GIP está regulado por la Directiva 2009/128/EC. Dicha directiva entró en vigor el 1 de enero de 2014, y desde entonces el uso de insecticidas se ha restringido considerablemente, lo que, unido a otros factores, ha provocado la emergencia de ciertas plagas secundarias como los pulgones, que se han convertido en un problema mayor en los cultivos hortícolas protegidos de Almería. Este problema se agravó en 2012 con la aparición en pimiento del PeVYV (Pepper Vein Yellow Virus), un virus trasmitido por pulgones (Villanueva y col., 2013), que aumentó la dependencia de insecticidas. Hay descritas dos especies de pulgones que trasmiten el PeVYV: Aphis gossypii (Glover) y Myzus persicae (Sulzer), pero la última es un vector más eficiente (Yonaha y col. 1995). Además, A. gossyppii desarrolla fácilmente resistencia a insecticidas (unas 25 materias activas).
Por tanto, el control biológico emerge como pieza fundamental y sostenible a largo plazo dentro de la GIP de ésta y otras especies de pulgones que aparecen en hortícolas. Sin embargo, en ocasiones el control biológico se ve comprometido por la presencia de hormigas que se alimentan de la melaza producida por los pulgones, que, a cambio, reciben protección frente a sus depredadores.
El proyecto RTA2015-0012-C02 financiado por el INIA, busca nuevas herramientas preventivas que favorezcan la lucha biológica en cultivos de invernadero, desarrollando nuevas estrategias dentro de la GIP, mientras continúa la presión para reducir el uso de insecticidas sintéticos.