En las comarcas hortícolas de la Región de Murcia y del sur de la Comunidad Valenciana, la alcachofa es casi un monocultivo, al repetirse con mucha frecuencia en el mismo suelo desde hace más de dos décadas. Verticillium dahliae, Rhizoctonia solani y la fatiga del suelo, relacionada con la microbiota, son los problemas fitosanitarios del suelo de mayor incidencia en el cultivo.
Durante varias campañas se ha evaluado la eficacia de la desinfección del suelo mediante biosolarización con varias enmiendas orgánicas, así como los efectos sobre la incidencia de las enfermedades, sobre la vegetación y sobre la producción comercial.
Los resultados muestran que, tras la desinfección: i) Se reducen drásticamente las poblaciones de V. dahliae en el suelo y, en consecuencia, de la verticilosis, con todas las enmiendas; ii) La reducción de las poblaciones de R. solani es menos consistente que la de V. dahliae; iii) Hay un aumento muy notable en el índice de vegetación de las plantas y de la cosecha comercial, que trasciende al segundo año del cultivo. Adicionalmente, se produce una mejora en las características físicas y químicas del suelo.
En la Región de Murcia y en el sur de la provincia de Alicante la alcachofa es un cultivo tradicional. Al inicio de la década de los años setenta del pasado siglo se ubicaba, mayoritariamente, en las vegas de las ríos Segura y Guadalentín. Pocos años antes de la llegada de las aguas del trasvase Tajo-Segura se fue extendiendo por el Campo de Cartagena. Entre 1979 y 1989, la superficie en la Región de Murcia se multiplicó por diez, llegando a 11.398 ha en 1989. La dispersión del virus del bronceado del tomate (Tomato spoted wilt virus, TSWV), al amparo del trips Frankliniella occidentalis, en las principales comarcas alcachoferas provocó una reducción paulatina de la superficie a partir de 1990, que en 2001 era de la mitad. Tras los cambios y ajustes en los sistemas de cultivo, realizados para paliar los efectos de la virosis, la superficie ha ido oscilando hasta estabilizarse, en los últimos cinco años, alrededor de las 7.200 ha en la Región de Murcia y unas 2.000 ha en la provincia de Alicante.
Los ajustes en los sistemas generales de producción de hortalizas han llevado a que la alcachofa sea, en la actualidad, un cultivo bianual o anual, dependiendo de la incidencia de la virosis y de la disminución de cosecha, relacionada con la fatiga de los suelos reiteradamente ocupados por este cultivo. Siguiendo la tradición, se utilizan mayoritariamente zuecas, pero en los últimos años está aumentando progresivamente el uso de plantas de semilla, tanto de variedades como de híbridos.
La alcachofa se integra en áreas de producción intensiva de hortalizas, alternándose con el bróculi, melón, lechuga o patata en rotaciones de dos a cuatro años. El cuasi monocultivo de alcachofa o la alternancia con hortalizas susceptibles a los mismos patógenos del suelo aboca a que aparezcan fenómenos de fatiga o cansancio del suelo, por aumento de los organismos causantes de enfermedades o de aquellos componentes de la microbiota con efectos competitivos con la planta, o de microorganismos que se muestren como patógenos subclínicos.