Las técnicas de edición genómica desarrolladas en los últimos años tienen el potencial para introducir de forma precisa y barata caracteres de interés en especies vegetales cultivadas por su valor agronómico. En concreto la tecnología CRISPR de edición génica ha revolucionado este campo al abrir las puertas a la mejora genética de precisión en cultivos. En este artículo se describen brevemente algunos ejemplos de cómo esta tecnología emergente permite abordar de forma controlada y eficiente una gran variedad de problemas del sector agroalimentario y contribuir así a garantizar la seguridad alimentaria en nuestro planeta.
El incremento de la población mundial ha propiciado que la demanda de alimentos a nivel global aumente de forma continua. Por ello, uno de los principales retos de la agricultura es garantizar la seguridad alimentaria, haciendo frente a diversos factores que, como el cambio climático o la aparición de nuevas plagas y enfermedades, amenazan la producción agrícola a escala mundial. Las técnicas de mejora genética tradicional han facilitado el desarrollo de cultivos de mayor calidad y más productivos. Sin embargo, la obtención de nuevas variedades usando esta tecnología requiere bastante tiempo y se encuentra limitada por la disponibilidad de variación genética que permita introducir caracteres de interés en los cultivos. Además, la mejora tradicional de determinados caracteres de importancia agronómica (por ejemplo, rendimiento) frecuentemente va en detrimento de otros caracteres como el sabor, propiedades nutricionales, etc, que indudablemente son importantes para el consumidor. Por tanto, es necesario desarrollar nuevas tecnologías que permitan afrontar el reto de la seguridad alimentaria con garantías de que los agricultores dispondrán de variedades capaces de satisfacer las demandas crecientes de alimento de calidad de manera sostenible y asequible, y en un entorno de condiciones climáticas cambiantes a menudo desfavorables para mantener la producción.