La actual situación y tendencia regulatoria de limitar y/o prohibir ciertas sustancias activas por su demostrada acción perjudicial para las personas y el medioambiente, unido a la lenta aparición de nuevas sustancias registradas que sustituyan a las anteriores, está provocando una situación de desequilibrio en el entorno de las plagas y enfermedades que afectan a diferentes cultivos, y de forma muy notable en los productores y técnicos. Cuando se dispone de pocas soluciones fitosanitarias registradas para un uso, ha provocado un exceso de su utilización y aparición de resistencias, siendo el caso de la Tuta absoluta en tomate un ejemplo de ello.
Al observar la evolución de estos problemas de compleja solución técnica, y su repetición en diferentes escenarios, países, cultivos, etc… plantea una cuestión de base que es el enfoque y solución del problema. El modelo clásico desarrollado hasta ahora, y basado principalmente en las sustancias activas y moléculas de síntesis química, de largos desarrollos e investigaciones, han demostrado mucha eficacia en los primeros años, focalizadas de manera específica en una única solución total, y que con el tiempo generan adaptaciones y resistencias, perdiendo valor como herramienta.
Cuando el enfoque es abierto, como ocurre desde hace veinte años en Seipasa, y conociendo la naturaleza del problema y el entorno asociado al problema, permite aportar más herramientas que participen en la estrategia de gestión y control fitosanitario del problema, permitiendo más flexibilidad y adaptación al entorno productivo. Finalmente, se consigue minimizar la aparición de resistencias, y ayudar a romperlas cuando estas aparecen.