Las pérdidas ocasionadas por nematodos fitoparásitos en los cultivos dependen directamente de sus densidades en suelo al inicio del cultivo, por lo que la reducción de sus poblaciones antes de la siembra constituye el principal objetivo del control nematológico. Se presentan los resultados de múltiples ensayos en campo en los que se comparó la reducción en las poblaciones de nematodos del género Meloidogyne tras la aplicación al suelo diversos agroquímicos fitosanitarios. Las densidades de Meloidogyne en suelo se redujeron entre un 78% y 87% tras la fumigación con 1,3-dicloropropeno:cloropicrina o con dimetil-disulfuro. Otros productos nematicidas como fluopyram, oxamilo, dazomet, fostiazato, fenamifos, azadiractin, etoprofos, abamectina y metam-sodio mostraron eficacias que oscilaban entre el 51% y 64%, mientras que el extracto de ajo, el ozono o el peróxido de hidrógeno redujeron las poblaciones de Meloidogyne entre un 41% y 46% y la cloropicrina sola y el furfural mostraron eficacias menores del 40%. La combinación de la solarización con estiércol orgánico (biosolarización) redujo las poblaciones de nematodos del suelo en un 73%, una eficacia algo menor que la fumigación del suelo, pero similar a la de otros agroquímicos nematicidas.
Tradicionalmente, el control de nematodos fitoparásitos se ha basado en la reducción de sus densidades en suelo previas al cultivo (Pi) mediante la fumigación con productos químicos, como el bromuro de metilo o el 1,3-dicloropropeno. Sin embargo, actualmente el uso de la mayoría de los fumigantes del suelo está prohibido o estrictamente restringido dentro de la Unión Europea (Directiva 2009/128/CE) por razones medioambientales y de seguridad para la salud humana.
Como alternativa a los fumigantes de suelo, se han propuesto numerosos métodos químicos, físicos y biológicos para controlar las enfermedades causadas por nematodos fitoparásitos. Aunque la eficacia en la reducción de las poblaciones de nematodos, de la mayoría de estos métodos alternativos, es menor que la obtenida mediante la fumigación del suelo, puede conseguirse una producción agrícola rentable incluso con menores eficacias nematicidas, siempre y cuando la población de nematodos llegue a reducirse por debajo del límite de tolerancia para el cultivo (Verdejo-Lucas y Talavera, 2015).