La prohibición de fungicidas tradicionales, los cambios en el manejo de la poda y una mala praxis en vivero en años pasados han potenciado el incremento de la transmisión de las Enfermedades de la Madera de la Vid (EMV) en toda Europa, lo que para el sector supone un incremento importante de costes y por tanto una reducción de los beneficios. El grupo BASF en su división Agro ha desarrollado el primer producto patentado que ofrece una doble barrera de protección: a través de la combinación de dos fungicidas de amplio espectro como barrera química y la adición de un polímero como barrera física.
Desde siempre han existido en los viñedos plantas adultas que morían, más lenta o rápidamente, por una afección general en toda la planta o bien en algún brazo de ella. La causa es la yesca o eutipiosi. Durante los últimos años se han observado también plantas que mueren muy jóvenes, incluso en el primer o segundo año de plantación, debido a la denominada enfermedad de Petri o pie negro.
Estas enfermedades, denominadas Enfermedades de la Madera de la Vid, EMVs, o en ocasiones EFMV (Enfermedades Fúngicas de la Madera de la Vid), están ocasionadas por un complejo de hongos que cada uno de ellos actúa en momentos diferentes a lo largo del ciclo vegetativo, en la mayoría de los casos penetrando a través de las heridas de la poda. Éstas también pueden afectar a plantas recién plantadas, si la madre ya está infectada o viene infectada en el proceso de producción del vivero.
La incidencia de las EMVs es cada vez más importante en los viñedos, debido al estrés al que están sometidos para alcanzar máximas producciones. Y a pesar de que no hay estudios recientes sobre su afectación a la viña española, los datos publicados por el grupo de trabajo Vitinnat calculan que las enfermedades de la madera pueden llegar a costar 600 millones de euros anuales al sector sólo en coste de replantación.