La Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea ha publicado la lista definitiva de plagas y enfermedades prioritarias, cuyo impacto económico, medioambiental y social en la UE se considera de máxima gravedad, y que está encabezada por Xylella fastidiosa, que en un escenario de distribución territorial total podría causar pérdidas anuales de producción de 5.500 millones de euros.
La selección de las plagas está basada en la evaluación llevada a cabo por el Joint Research Centre de la Comisión y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, y para hacerla se han tenido en cuenta la probabilidad de propagación, el establecimiento y las consecuencias de dichas plagas para la Unión. Los expertos del Joint Research Centre calcularon el impacto potencial de 28 plagas y enfermedades en cuarentena, como insectos, bacterias, nematodos y hongos. Sobre esa base, la Comisión Europea ha seleccionado las veinte prioritarias. Su inclusión en la lista implica que los Estados miembros tendrán que poner en marcha campañas informativas dirigidas a la población en general, realizar encuestas anuales, preparar planes de contingencia, ejercicios de simulación y planes de acción específicos para estas plagas y enfermedades.
Emilio Rodríguez Cerezo, jefe adjunto de la Unidad de Economía de la Agricultura en el JCR y coautor del informe, explica que “en general, la nueva metodología ayuda a los Estados miembros y las autoridades responsables a tomar decisiones sobre la mejor manera de asignar sus recursos en función de la evidencia científica más sólida disponible. Hemos diseñado una metodología para apoyar a los responsables políticos y gestores de riesgos en la clasificación de las plagas de cuarentena. Gracias a ella, ahora podemos estimar su impacto potencial en los ámbitos económico, social y ambiental. Esta herramienta integra en un solo indicador las estimaciones de pérdidas de producción, impactos en el comercio, el empleo y otros indicadores socioeconómicos. Pero también hemos creado indicadores para dimensiones menos tangibles, como los impactos en el paisaje, el patrimonio cultural y en la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas”.