Un proyecto de investigación financiado por la Fundación BBVA y liderado por el grupo de Patología Agroforestal de la ETSIAM ha obtenido evidencia experimental de la efectividad del Fosetil-Aluminio aplicado por endoterapia en el control de la enfermedad radical de encinas y alcornoques conocida como ‘seca de la encina’.
La podredumbre radical causada por Phytophthora cinnamomi es la enfermedad más grave que sufren encinas y alcornoques en España, con una mortalidad estimada en 500.000 encinas entre 2006-2016 sólo en la provincia de Huelva (datos de ASAJA-Huelva). Hay diferentes medidas de control que resultan efectivas si se utilizan coordinadamente para el manejo integrado de la enfermedad: evitar los encharcamientos del suelo, favoreciendo los drenajes, o evitar cargas ganaderas excesivas y movimientos del suelo por medio de vehículos, ganado, etc, aplicación de fertilizantes cálcicos o cultivos biofumigantes (Brassica spp.), así como evitar cultivos susceptibles al patógeno (Lupinus spp.) que actúan como reservorios de la enfermedad. Todas estas medidas deben aplicarse de forma coordinada y siempre teniendo en cuenta las características propias de cada dehesa, entendiendo que un plan de manejo de la enfermedad válido para una explotación no tiene por qué ser válido para otra.
En este contexto, una medida de control muy prometedora es la aplicación a los árboles de productos inductores de resistencia, capaces de estimular las defensas naturales del árbol frente al patógeno. El producto inductor de resistencia más utilizado a nivel mundial para el tratamiento de enfermedades causadas por Phytophthora es el fosfito potásico (un fosfonato), tanto en especies cultivadas como en el medio natural. Su eficacia frente a la podredumbre radical de la encina se conoce desde 1999. La materia activa fosfito potásico está incluida en el Registro Único Europeo de Productos Fitosanitarios, pero en España se ha estado comercializado como fertilizante fosfórico, a pesar de que no tiene efecto alguno sobre la nutrición fosfórica de la planta. Por este motivo, su uso como fertilizante fue prohibido en 2013.
A raíz de la prohibición, y a la búsqueda de alternativas al fosfito potásico, el grupo de Patología Agroforestal de la ETSIAM demostró, en ensayos en invernadero, cómo otro fosfonato que sí se comercializa como fungicida, el Fosetil-Aluminio (tris-O-etil fosfonato de aluminio, Fos-Al), proporciona a encinas y alcornoques una protección más eficaz que el fosfito potásico, por lo que constituye una alternativa muy interesante para su uso en dehesas.