Los insectos depredadores son vistos como componentes clave para el manejo integrado de plagas en varios cultivos (Provost y col., 2006; Calvo y col., 2009; Urbaneja y col., 2012). Entre éstos, los depredadores hemípteros son ampliamente conocidos por su contribución en el control biológico (Bueno y van Lenteren, 2012), ya que son depredadores generalistas y se usan comúnmente en el manejo de diversas especies de plagas en todo el mundo (van Lenteren, 2012). Una ventaja importante de la utilización de depredadores generalistas es su capacidad de controlar múltiples plagas y sobrevivir con material vegetal o con presas alternativas cuando su principal presa es escasa o ausente (Urbaneja y col., 2005; Sanchez 2008; Perez-Hedo y Urbaneja, 2015).
Aunque los depredadores generalistas tienen esta ventaja, generalmente tienen diferentes grados de aceptación para varios tipos de presas (Enkegaard y col., 2001; Gavkare and Sharma, 2016, Pérez-Hedo y Urbaneja, 2015). Las características de la presa, como los nutrientes, el comportamiento y la morfología, pueden desempeñar un papel importante en la aceptación de la misma (Enkegaard y col., 2001; Provost y col., 2006).
Los míridos depredadores neotropicales Macrolophus basicornis, Engytatus varians y Campyloneuropsis infumatus (Hemiptera: Miridae) han sido reportados como depredadores eficaces que se alimentan principalmente de plagas de tomate como Bemisia tabaci (Hemiptera: Aleyrodidae). Un reciente estudio demostró que también consumen araña roja, Tetranychus urticae Koch (Acarina: Tetranychidae) (Silva y col., datos no publicados). A pesar de los distintos requisitos climáticos, las dos plagas tienen varias generaciones superpuestas en el cultivo de tomate. Por lo tanto, nos pareció importante determinar la preferencia de estos depredadores entre los diferentes estadíos de T. urticae y entre adultos de T. urticae y ninfas de B. tabaci.