El cultivo protegido de papaya gana popularidad en el sureste de España, donde la principal plaga es la araña roja (Tetranychus urticae Koch). Con el objetivo de establecer la incidencia y distribución de este ácaro, durante 2018, se visitaron un total de doce invernaderos con diferentes variedades de papaya en Almería, Granada y Murcia, principales zonas de cultivo en la península. El muestreo mostró una baja incidencia de la plaga. Sin embargo, en algunos invernaderos afectó gravemente las hojas, mostrando las lesiones típicas de esta plaga (coloración amarillenta de la hoja seguida de manchas necróticas y marchitamiento completo).
La duración del ciclo de vida de la plaga en condiciones controladas fue igual (11,37 días) para todas las variedades (‘BH-65’, ‘Caballero’ e ‘Intenzza’) a pesar de la reputación de ‘BH-65’ como un cultivar más susceptible. Aunque poco frecuentes, se encontraron dos ácaros más durante las visitas: Eutetranychus banksi y Polyphagotarsonemus latus. Por el contrario, varios enemigos naturales se encontraron en abundancia, siendo los más frecuentes los ácaros depredadores Phytoseiulus persimilis y Neoseiulus californicus y los insectos depredadores Feltiella acarisuga, Stethorus punctillum y Chrysoperla carnea, destacando el buen control de las plagas y las oportunidades para la producción integrada de papaya. La papaya, Carica papaya L., es uno de los principales cultivos frutales cultivados en zonas tropicales y subtropicales (Teixeira y col., 2007). En 2016. se produjeron más de 13 millones de toneladas (t) de fruta en aproximadamente 441.964 ha de todo el mundo, si bien especialmente en zonas tropicales (FAO, 2016). En los últimos años, la extensión del cultivo de papaya en el sureste de España. en provincias como Almería, Granada, Málaga y Murcia se ha incrementado, lo que ha permitido diversificar la producción agrícola de esta área e incrementar la oferta de productos a la UE (Almodóvar y col, 2014). La papaya para su producción exige unas condiciones típicas de las zonas tropicales. Debido a que el clima mediterráneo subtropical semiárido, típico del sureste peninsular, se caracteriza por sus cálidos y secos veranos e inviernos frescos, con temperaturas que bajan de los 10°C en invierno, esta especie debe cultivarse en invernadero bajo plástico, elevando la temperatura al rango óptimo de la misma (Hueso y col, 2012; Hueso y col., 2017). La introducción de nuevas variedades híbridas de papaya más productivas a estas condiciones ha generado también el aumento de la superficie cultivada de papaya en esta zona de España, siendo de especial interés las variedades de porte moderado, productivas y homogéneas, con rápida entrada en producción, en las que la fruta se presenta a baja altura en el tallo, con frutos dulces, de tamaño medio y forma aperada, considerando así de un modo prioritario satisfacer las preferencias del mercado europeo por las papaya tipo Solo (Salinas y col., 2017).