Desde hace años la Unión Europea adopta medidas de protección contra la introducción y difusión en su territorio de organismos nocivos para los vegetales o productos vegetales. El marco regulatorio es complejo y se ha culminado con el Reglamento 2016/2031, que establece las medidas de protección contra las plagas de los vegetales. Son muchas las implicaciones de la nueva normativa y del impacto de dichos patógenos en la producción y protección de los cultivos, en la investigación científica y en las necesidades de formación.
La introducción, establecimiento y diseminación de patógenos de cuarentena en el territorio español comporta dificultades para desarrollar estrategias de manejo integrado de la mayoría de los cultivos. Las listas de patógenos de cuarentena no han dejado de crecer y se recogen en España en el RD 58/2005 consolidado, ascendiendo a algo más de un centenar de patógenos que causan enfermedades en las plantas, tanto de cultivo como forestales y ornamentales. Algunos patógenos de cuarentena tienen efectos profundos por disminuir o imposibilitar la producción o aumentar los costes de explotación, en el sector productivo de hortícolas y frutales, pero también en los de ornamentales o forestales, y en especial en el sector viverístico.
La presencia o riesgo de introducción de patógenos de cuarentena tiene también un impacto en las líneas prioritarias de investigación, que los incluyen en los Planes Estratégicos de inversión en I+D, de las Comunidades Autónomas, en el Plan Nacional de I+D (CICYT, INIA), o en el programa H2020 de la UE, así como de entidades privadas y asociaciones de agricultores. Sin embargo, la nueva normativa afecta profundamente a los proyectos de investigación con patógenos de cuarentena ya que éstos deben acogerse a los requisitos de autorización específica para introducción y manejo de organismos nocivos en el territorio de la UE o entre países.