Entre los retos fitosanitarios del olivar en España, aparte de la grave situación debida a la Verticilosis y del riesgo que implica la presencia de la bacteria Xylella fastidiosa en Europa, hay que destacar varias enfermedades que han incrementado marcadamente su gravedad en las últimas décadas y que podemos considerar como emergentes: los chancros y desecación de ramas asociados con diversos hongos entre los que destaca Neofusicoccum mediterraneum, la lepra (Phlyctema vagabunda), la tuberculosis (Pseudomonas savastanoi) y, en menor medida, la antracnosis (Colletotrichum spp.).
Entre los retos fitosanitarios del olivar en España, aparte de la grave situación debida a la Verticilosis y del riesgo que implica la presencia de la bacteria Xylella fastidiosa en Europa, hay que destacar varias enfermedades que han incrementado marcadamente su gravedad en las últimas décadas y que podemos considerar como emergentes: los chancros y desecación de ramas asociados con diversos hongos entre los que destaca Neofusicoccum mediterraneum, la lepra (Phlyctema vagabunda), la tuberculosis (Pseudomonas savastanoi) y, en menor medida, la antracnosis (Colletotrichum spp.).
Los factores determinantes de esta emergencia están relacionados principalmente con la intensificación del cultivo, destacando la mecanización de la poda y recolección que ha incrementado los daños producidos en las ramas y hojas, la deficiente protección de las heridas ocasionadas, la amplia difusión de cultivares susceptibles a estas enfermedades y su expansión a zonas más favorables, y la variabilidad en las poblaciones de los patógenos. El control de estas enfermedades emergentes requiere de nuevas estrategias que incluyan una adecuada protección de las heridas, el desarrollo de productos biológicos o químicos más eficaces, la utilización de variedades de olivo más tolerantes y estudios epidemiológicos que profundicen en el conocimiento del ciclo biológico y de los factores que determinan las epidemias de estos patógenos.