Verticilosis, Lepra del Olivo, Mosca blanca o, más recientemente, el caso de la Xylella fastidosa, son algunas de las enfermedades y plagas que generan malestar y preocupación a las cooperativas y explotaciones olivareras, así como a los productores de aceite de oliva, por las consecuencias nefastas que pueden tener sobre los cultivos. Con el espíritu de hacer frente a dichas enfermedades y plagas, nace el Grupo Operativo Supraautonómico ‘Enfermedades y Plagas en Olivo: Desarrollo de soluciones para biocontrol’, coordinado por AINIA, en el que participa IBMA España, el instituto de Agricultura Sostenible del CSIC y OLEOESTEPA.
El Olivo es uno de los cultivos leñosos que están más extendidos por el territorio español, generalmente en forma de monocultivo. El monocultivo del olivar es una práctica que se ha extendido cada vez más por determinadas regiones del territorio español, de forma que, en provincias como Jaén, los olivos ocupan más de un 40% de la superficie total provincial (más de un 85% de la superficie total cultivable), según datos del MAPAMA de 2015 (Encuesta sobre superficies y Rendimientos).
El olivo presenta además la particularidad de que se trata de un cultivo que alcanza la cima de su productividad a partir de los 35 años de vida, siendo los primeros siete años totalmente improductivos y presentando una productividad creciente a partir de los diez años (quince años con sistemas de cultivo más tradicionales).