La mosca blanca del complejo Bemisia tabaci representa una plaga a escala mundial. Los miembros de este grupo de especies, conocidos también como biotipos, tienen el mismo fenotipo, pero genéticamente son diferentes. El ‘grupo’ mosca blanca se alimenta de un amplio abanico de especies de plantas (más de 1.000). Dentro del mismo, la especie B. tabaci Medio Oriente−Asia Menor 1 (MEAM1, por sus siglas en inglés; también denominada «biotipo B») es responsable de la mayoría de los problemas relacionados con la mosca blanca a nivel mundial en la agricultura. El grado de aceptación y la actividad de B. tabaci varía ampliamente dependiendo de las diferentes plantas huésped y del tipo de cultivares dentro de una misma especie de cultivo. Sus plantas huésped pueden ser desde ‘muy receptivas’ a ‘moderadamente’ o ‘poco receptivas’. Además, esta mosca transmite un gran número de virus a las plantas. Por otro lado, los agricultores pueden usar la resistencia de la planta huésped a las plagas como estrategia para reducir el uso de plaguicidas en la producción de sus cultivos.
En nuestro departamento hemos efectuado una investigación en torno a muestras de sandía silvestre con resistencia a la mosca blanca como parte de un esfuerzo más general encaminado a mejorar la protección de los cultivares de la sandía contra enfermedades y plagas. Aunque la base genética de la sandía comercial (Citrullus lanatus) es estrecha, existe una amplia diversidad genética dentro de las especies Citrullus. Algunos genotipos de la especie de la sandía del desierto C. colocynthis muestran resistencia ante la mosca blanca. Hemos podido cruzar esta especie silvestre con la sandía cultivada y producir semillas viables. Tanto la antibiosis como la antixenosis (no preferencia) y la tolerancia de las plantas desempeñan un papel en la resistencia a la mosca blanca en los genotipos silvestres. Se han llevado a cabo estudios de campo, en invernadero y en laboratorio, y se ha incluido una técnica de monitoreo en ‘tubo Y’ a fin de obtener análisis rápidos del comportamiento, la oviposición y la supervivencia de la mosca blanca. En comparación con la sandía cultivada, esta planta emite un olor desagradable para el ser humano, es resistente al estrés biótico y abiótico, e impide la actividad de la mosca blanca. Estamos realizando una valoración de los mecanismos de resistencia y de la mejora de la sandía cultivada con esta fuente silvestre de germoplasma.
Comprar Revista 291 AGOSTO-SEPTIEMBRE 2017