Las altas temperaturas durante 2016 y las reuniones de alto nivel en París y Marrakech nos han recordado que la preocupación por el cambio climático ha venido para quedarse y -mejor temprano que tarde- todos los sectores y países tendrán que comprometerse en los esfuerzos de mitigación para que el calentamiento global no supere los 2ºC. A mediados de enero de 2017 el Acuerdo de París había sido ya ratificado por 125 países, incluido España.
Si se superara el calentamiento de 2ºC el deshielo de las zonas árticas podría contribuir a mayores retenciones de energía solar, retroalimentando un calentamiento mayor, de consecuencias impredecibles. Las emisiones actuales de CO2 en agricultura representan entre un 10% y el 15% del total, por lo que hay espacio para su reducción mediante equipos con mayor eficiencia energética y/o con variedades más productivas, que permiten reducir las emisiones necesarias para cada unidad de alimentos, fibras o biocombustibles.