Gonocephalum pusillum Fabricius, 1791, ataca al higo seco en el suelo haciéndolo susceptible a podredumbres, e inservible para la elaboración de los productos elaborados de mayor valor añadido.
Se ha ensayado un insecticida convencional contra este insecto al noroeste de la comarca de Mérida (Badajoz), en La Nava de Santiago, en una parcela para producción de higos secos, cultivar `Calabacita. El tratamiento insecticida probado ha sido un cebo granulado con clorpirifos al 1%.
La producción de higo comercial, expresada como porcentaje sobre el total de frutos, fue significativamente mayor, un 10 % más, en las higueras tratadas que en las higueras testigo. Este efecto se amortiguó sin lluvias previas a la recolección, y se manifestó más acusadamente en la segunda cogida, con 20 l/m2 de lluvia acumulada en los días previos a la recolección. Los datos también permitieron evaluar la importancia de daños causados por estorninos, Sturnus unicolor Temminck, 1820, a pesar de las medidas de control adoptadas contra esta plaga.