Algunas variedades de sandías de reciente aparición están generando una gran aceptación entre los consumidores, tanto por su elevada calidad como por su práctica ausencia de pepitas, alcanzando un gran valor comercial y una creciente cuota de mercado.

Las sandías presentan flores masculinas y femeninas y es necesario que el polen de las primeras sea transportado a las segundas para que se produzca la fecundación y se desarrolle el fruto.

En las variedades de sandía sin semilla o triploides el pólen es estéril, por lo que es necesario intercalar entre el cultivo una variedad polinizadora diploide que fecunde las flores femeninas del cultivo sin semilla.

Las abejas, otros insectos o el aire son los encargados de transportar el polen desde las flores masculinas a las femeninas. Se requiere de 100 a 500 gramos de polen por flor femenina, lo que equivale a 1 abeja por cada 100 flores y 10 visitas abeja/flor.

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