Las cooperativas nacen como proyecto empresarial al servicio de las necesidades de quienes las forman, en este caso los agricultores y ganaderos. Las empresas cooperativas son de propiedad conjunta y su gestión, democrática. Tienen la voluntad de permanencia en el tiempo y un compromiso ineludible con el territorio que las acoge, contribuyendo al progreso económico y social del entorno donde se ubican.

El cooperativismo agrario en Cataluña nace, a finales del siglo XIX, como respuesta económica y social de los agricultores a la progresiva penetración de la economía de mercado, con la finalidad de poder seguir siendo sus propios empresarios.

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