Hoy en día la mayoría de cultivos alternativos al cereal ofrecen una escasa rentabilidad, como es el caso del girasol o las leguminosas. En amplias zonas de España el monocultivo del cereal ha sido la tónica común, originando situaciones favorables para el desarrollo de resistencia por parte de hierbas, enfermedades e insectos, así como alteraciones en la estructura del suelo.
La colza es, en toda Europa, una de las alternativas más interesantes a los cereales. En España, durante años, nuestros agricultores no han considerado a la colza por motivos tan variados como la adaptación de las variedades a nuestro clima, la disponibilidad de herbicidas en el cultivo o la comercialización del producto.