Desde su detección en octubre de 2012 el incremento de capturas ha sido notable; sin embargo, los primeros síntomas de ataque no se detectaron hasta julio del año pasado y tuvieron lugar sólo en cosechas abandonadas y en niveles muy débiles (<0,02%). El sistema de trampeo de adultos que mejor se ha comportado es el uso de vino de cereza (6-7o) en botellas artesanas (tipo Olipe) con reposición semanal.  Sus evaluaciones son muy laboriosas porque las trampas no son selectivas. El daño en cerezas se evaluó de forma individual, lo que resulta  muy engorroso  porque la cereza debe dejarse en evolución hasta detectar síntomas (1-2 semanas) ya que su colapso es bastante más lento que el de otras frutas como la frambuesa o la mora.

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