Dice mi amigo Luis, que es cabrero por oficio y sabio por naturaleza, que don León el boticario tenía un libro tan grande como unas albardas, y en él, con letras negras y encarnadas, estaba escrito todo lo que los españoles han ido aprendiendo desde Túbal, que fue el hijo de Adán y Eva que primero llegó a la Península. Aquel tesoro bibliográfico, como tantos otros, desapareció en la Guerra Civil, y recuperarlos para que los estudiosos de la agricultura beban en ellos, es una de las tareas en las que está empeñado José Abellán, que acaba de darnos a todos los bibliófilos una alegría con la presentación, en la biblioteca virtual del ministerio, de la obra "Semanario deagricultura y artes: dirigido á los párrocos", una joya de la historiografía española.
Esta publicación semanal, editada entre los siglos XVIII y XIX, fue promovida por Godoy, y según se recoge en su primer fascículo, su intención era: (?)hallar un medio para extender en las provincias las luces sin dar al labrador lamolestia de leer; y no se presenta otro más sencillo que dirigir un Semanario álos párrocos para que, sirviéndoles al mismo tiempo de lectura agradable, excitefreqüentemente su zelo á fin de que comuniquen á sus feligreses los adelantamientos,las mejoras, industrias é invenciones que se publiquen, bien segurosde que se irán aprovechando de ellas (?)."
El Semanario se editaba en Villalpando (Zamora), y en menos de una semana, aprovechando el servicio de diligencias del Reino, los párrocos lo tenían a su disposición para divulgarlo entre su feligresía.
El plan de la obra era éste: "Se tendrán á la vista los mejores periódicos extrangeros que hoy se publican sobre agricultura y artes, y finalmente se irá formando una escogida biblioteca de estos ramos (?) historia natural; Química, Farmacia y Botánica en los descubrimientos útiles á la economía del campo (?) exemplos de buena moral de hombres virtuosos y beneméritos de la agricultura y artes; noticia de los establecimientos favorables á los labradores y artistas; providencias del gobierno para fomento de los mismos?"
Fisgonear entre las páginas de los seis volúmenes que componen la obra es un placer para cualquiera que esté interesado en la historia del Mundo rural español, y junto a magníficos artículos de Celestino Mutis, José Quer, Claudio Boutelou?aparecen acertadísimas opiniones de párrocos y suscriptores, conscientes de la importancia de aquellos conocimientos que publicaba el Semanario.
Entre los temas que se tratan hay muchos referidos a "los Chinches, Gardamas, Nieblas?", plagas y enfermedades de vegetales cuya aparición por aquelentonces eran causa de hambrunas y miserias, artículos que además de servirpara valorar aquellas desgracias, nos permiten conocer la importancia que tuvola ciencia para cambiar una concepción taumatúrgica de los fenómenos, por otrabasada en razones biológicas.
Es muy probable que el libro de don León el boticario a que se refería mi amigo Luis fuera, en realidad, un cantoral de los que usaban los sochantres, utilizado después como adorno en la botica de don León; pero en lo que si tenía razón Luis, y este Semanario en PDF que nos acaba de regalar el MARM lo confirma, es que la transferencia del conocimiento de la Agricultura, en general, y de la Sanidad vegetal, en particular, son tan antiguas como la civilización en la que vivimos, y el nivel tecnológico de nuestro Mundo rural actual, mejor o peor, es fruto de un tremendo y continuado esfuerzo de muchos hombres, convencidos de que en la ciencia y la técnica está el verdadero progreso de los pueblos.