La Directiva 2009/128/CE sobre el uso sostenible de los plaguicidas recoge que cada Estado Miembro deberá adoptar unos planes de acción con dos claros objetivos. Por un lado, se deberán fijar unos objetivos cuantitativos, metas, medidas y calendarios a fin de reducir los riesgos y los efectos de la utilización de plaguicidas en la salud humana y el medio ambiente, y por otro lado, se fomentará el desarrollo y la introducción de la gestión integrada de plagas y planteamientos o técnicas alternativas con objeto de reducir la dependencia del uso de plaguicidas.
A grandes rasgos lo que se pretende con estos Planes Nacionales de Acción, es plasmar las medidas establecidas en la Directiva para reducir el riesgo y los efectos de los plaguicidas y fomentar el uso de alternativas no químicas a los plaguicidas.
Estos planes se deberán de llevar a cabo a lo largo de los próximos años, antes de que finalice2012. La coyuntura actual, no muy propicia para el gasto público y para el sector agrario europeo que no atraviesa sus mejores momentos, marcará el desarrollo de los planes de acción. Y no sólo hay que tener en cuenta la coyuntura económica en la que nos encontramos. Si nos centramos en la sanidad vegetal actual, la situación es muy complicada debido a una falta de alternativas para combatir las plagas y enfermedades de los cultivos, a lo que hay que añadir todas las legislaciones que en los últimos años han dejado un panorama muy exigente, se han eliminado multitud de herramientas químicas.
Desde Cooperativas Agro-alimentarias hacemos dos lecturas sobre este tema. Por un lado creemos que estos Planes de Acción pueden ayudar y poner orden a la difícil situación en la que se encuentra la sanidad vegetal europea, y en particular la española, y por otro, también puede darse el caso de que establezcan unos requisitos demasiado exigentes y sin una estrategia clara, lo que provoque únicamente prohibiciones. Claramente, desde Cooperativas Agro-alimentarias queremos que esta Directiva marque una estrategia para que la sanidad vegetal se convierta en una oportunidad para la agricultura europea.
Hasta el momento la estrategia de la Unión Europea en este ámbito ha sido legislar para lograr unos objetivos, pero sin establecer unos planteamientos intermedios. Esta estrategia ha logrado resultados en cuanto al alcance de objetivos, pero con cargo a un elevado coste para el sector agrario. En menos de 10 años han desaparecido alrededor de 500 materias activas por diversas razones, la mayoría de los cultivos se han quedado sin alternativas, con consecuencias técnicas, económicas y estratégicas. Técnicas por la escasez de métodos alternativos a los fitosanitarios que con su eliminación han provocado un aumento de los problemas de resistencias de las plagas y enfermedades, dificultando el control, y pudiendo incluso llegar a hacerlo inútil; económicas en cuanto a pérdidas de cosecha, con costes más caros de los tratamientos, pérdidas de mercado y dificultad de comercialización, pérdidas de competitividad respecto a países terceros, etc.? Y estratégicas, porque no sólo no se está sabiendo valorizar el esfuerzo hecho por la agricultura europea frente a la sociedad, sino que en algunos casos se está fomentando de manera indirecta la entrada de productos agroalimentarios con condiciones de producción que la UE nunca aceptaría en su territorio.
Desde Cooperativas Agro-alimentarias pensamos que estos planes de acción tendrían que tener miras más amplias. Se deben establecer esos objetivos teniendo en cuenta no sólo efectos sanitarios y ambientales, sino también los efectos sociales y económicos, y no sólo desde un punto de vista regional o local, sino desde una óptica más abierta, OMC, europea y nacional. Con ello no pretendemos que estos objetivos varíen, sino que, teniendo en cuenta todas las consideraciones, se establezcan medidas, planes, planteamientos, calendarios, etc?, que permitan al sector alcanzar esos objetivos a un coste razonable. Incluso que permita diferenciar a nuestra agricultura de la del resto del mundo como la más razonable, permitiendo que estos esfuerzos se vean reflejados en el valor final.
Hasta el día de hoy esto no ha sido así, y por eso es indispensable que esta Directiva cambie la tendencia actual Para ello tenemos que hacer un análisis de la situación, de dónde partimos, analizarlos objetivos y estudiar cuáles son las herramientas que se pueden poner a disposición de la agricultura para conseguirlos.
Ideas complementarias
Para Cooperativas Agro-alimentarias seria necesario impulsar otras acciones como complemento a las líneas propuestas por el Plan de Acción en España.
Estas son:
- La formación. Elemento básico para avanzar en todos y cada uno de los ámbitos y objetivos propuestos en los Planes Nacionales, por lo que cualquier planteamiento será bueno. En la actualidad un gran número de agricultores españoles posee el carné de aplicador, que les otorga una formación apropiada para hacer un buen uso de los fitosanitarios. Quizás se debiera mejorar, en algunos casos, en la información y sensibilización como complemento a la formación.
- El asesoramiento técnico. Pieza fundamental para cumplir con los objetivos. A través del asesoramiento se puede hacer más eficiente la utilización de los plaguicidas, reducir el número de aplicaciones, y sobre todo se minimizarían los riesgos. Para ello se debe seguir promoviendo la red
de técnicos que en la actualidad dan servicio al sector agrario. Un ejemplo son los técnicos de ATRIAs, ADVs, etc? En la actualidad en el sector cooperativo español dispone de alrededor de 1500 técnicos, muchos de los cuales están apoyados por programas autonómicos y nacionales. El incremento de esta red valorizaría la agricultura y mejoraría la sanidad vegetal.
- Promoción de nuevas prácticas de aplicación. La tecnología puede ser una herramienta para cumplir los objetivos del plan de acción. Hoy en día hay tecnología suficiente para evitar riesgos al aplicador, evitar derivas al medio ambiente, autoaplicaciones, etc.? además de nuevos desarrollos que podrían encajar en este campo.
- Programas de Investigación. Es necesario promover tanto a escala europea como nacional programas de investigación de técnicas alternativas a los fitosanitarios, con sus respectivos Programas de transferencia de tecnologías. Actualmente existen métodos alternativos (control biológico, confusión sexual, métodos mecánicos?), pero no lo suficientemente desarrollados como para poderlos aplicar ampliamente en todos los sectores y considerarlos como alternativas reales.
Finalmente, habría que llevar a cabo unos planes de implantación de cada una de las medidas propuestas para el Plan de Acción en España, acompañadas de un análisis por cultivos, que permita establecer las circunstancias de cada uno, y poder aplicar las medidas en función de la situación y con los medios que sean necesario para llegar a los plazos marcados.
La Gestión Integrada de Plagas
En cuanto a la introducción de la Gestión Integrada de Plagas, pensamos que sería el resultado final de la aplicación del plan nacional de acción. Tendemos a confundir la gestión integrada de plagas con la producción integrada, cuando no son lo mismo. La gestión integrada tiene algunos aspectos en común con la producción integradacomo los requisitos de producción. Sin embargo. las normas de calidad, como la producción integrada, garantizan un sistema diferenciado en la producción y en otras técnicas que compatibilicen las exigencias de la sociedad y la protección del medio ambiente, así como las operaciones realizadas para la manipulación, envasado, transformación y etiquetado de productos vegetales acogidos al sistema, e informan al consumidor sobre ellas.
La producción integrada se asemeja al resto de sistemas de garantía de calidad, como pueden ser Global-gap, Producción Controlada, Naturane o Nurture. Y todas ellas tienen como factor común la gestión integrada. Por lo que podríamos afirmar que cualquiera de las normas de calidad que hay en el mercado está cumpliendo con la Gestión Integrada, caso de la mayoría de la producción española de frutas y hortalizas. Para las producciones que en la actualidad no están adheridas a ninguna norma habría que definir cómo se llevará al campo la propuesta de la Directiva, teniendo en cuenta varios aspectos de los principios generales de la Gestión Integrada propuesta en la Directiva de Uso sostenible:
- Utilización de técnicas de cultivo adecuadas. Estamos convencidos que está en manos de los técnicos mejorar este aspecto, y otros como la fertilización equilibrada, la prevención, el seguimiento de plagas, el momento óptimo de aplicación, la herramienta más adecuada, etc. Incluso deben ser ellos los que transfieran al sector la nueva tecnología.
- Los métodos biológicos y no químicos deberán anteponerse a los métodos químicos. Para ello no sólo deben de estar disponibles, sino que los protocolos deben estar contrastados para cada uno de los cultivos.
- Los plaguicidas aplicados deberán ser específicos y deberán tener los menores efectos secundarios. Este tema ya está regulado por el Reglamento 1107/2009 sobre comercialización de fitosanitarios. Los límites deberán ser marcados con coherencia y equilibrio. Si rompemos ese equilibrio corremos el riesgo de quedarnos sin plaguicidas, y en muchos casos, hoy en día son necesarios.
- Deberán aplicarse estrategias disponibles contra la resistencia. Sin un abanico amplio de alternativas no es posible. Hoy en día pocos cultivos poseen más de 2 materias activas de diferente familia autorizadas para un cultivo y plaga.
Sin duda se trata de todo un reto para un sector, tanto para la producción y comercialización, como para la parte que tiene que regular y ordenar dichos planes, que además de legislar deberá poner las herramientas suficientes para llevar a cabo las medidas que finalmente se aprueben en el Planes de Acción.