El empleo de las feromonas en el seguimiento y control de plagas se inició en la Estación de Avisos Agrícolas de Lleida el año 1966 con el Trimedlure+DDVP para el control de la mosca de la fruta (Ceratitis capitata). Es en 1972 cuando se utiliza por primera vez Codlemone como atrayente sexual de la carpocapsa (Cydia pomonella) en el seguimiento de su vuelo. Esta técnica se utilizó inicialmente en el seguimiento de plagas (monitoreo) y posteriormente fue derivando su uso como medio de lucha, en este caso mediante dos técnicas que se desarrollaron: la captura masiva y la confusión sexual.
El uso de las feromonas para la detección y seguimiento de plagas es una herramienta ampliamente utilizada por su utilidad y versatilidad, ya que facilita por una parte el seguimiento de los ciclos evolutivos, con la determinación de los máximos de vuelo de adultos y, por otro lado, el establecimiento de riesgos potenciales de daños basados en las capturas en las trampas, mediante el uso de ratios expresados como capturas/trampa/semana, sobre los que luego se basa la toma de decisiones de tratamiento.
Las feromonas de monitoreo requieren ensayos in situ para comprobar su capacidad de captura y la correspondencia de este dato con la población real.
Se necesita comprobar si pueden servir para dar información sobre la densidad de las poblaciones existentes y establecer ratios de capturas/densidad de plaga/daños potenciales. Los datos obtenidos se deben validar, al menos inicialmente, con el seguimiento de los ciclos en condiciones naturales.
La implantación de la confusión sexual como método biotecnológico de control ha sido posible con el desarrollo de los difusores de feromona.
Actualmente se considera que existe ya una puesta a punto de la técnica en fruta dulce, contra carpocapsa, sesia, zeuzera, polilla oriental y anarsia. Para la aplicación en campo de las técnicas de confusión sexual, se han desarrollado protocolos técnicos de colocación, pero también es necesario el seguimiento de la eficacia del método mediante el control rutinario de daños, puesto que el seguimiento exclusivo de las poblaciones con trampas de monitoreo es, cuando menos, inseguro.
En el impulso de estos nuevos sistemas, se ha puesto de manifiesto la necesidad de disponer de información de los productos del mercado, que dé garantía de su composición, tipo de ingrediente activo y %, persistencia teórica, características de la difusión en condiciones estándar, etc., es decir, de aquellos parámetros y datos que sean representativos y fiables en los que se sustentará la toma de decisiones fundamentales para la defensa de la sanidad de los cultivos.
Se exponen: Resultados de la aplicación de la confusión sexual contra carpocapsa 2008 y 2009 y ensayos de difusores para monitoreo. Discusión de resultados.
Comprar Revista Phytoma 213 - NOVIEMBRE 2009