La reciente noticia del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) de la puesta a punto de un cierto número de nuevos cítricos, tanto de los creados por el citado organismo, como por los que se han traído hasta sus dependencias desde otras partes del mundo y que se han dado a conocer recientemente, podrán estar en un plazo que se fija de en torno a dos años, en situación de llegar al campo.
Es cierto, y casi seguro, que no estamos en momentos de realizar cambios, sino de aumentar más aun lo que ya tenemos en producción dada la actual situación de exceso de la misma. De otra parte, ya se sabe y es conocido que lo existente sólo tiene un punto de exceso en sí mismo. De ahí que los más van a esperar que los más decididos prueben lo nuevo y pueda verse cómo van esas nuevas variedades. Las mandarinas/clementinas tardías tendrán, es posible, dada la situación, una más pronta adaptación por ello mismo, al ser tardías, como el ejemplo de la Nardocott plantea. Pero con el resto, la actual crisis se hará notar en la prisa, que es natural.
Hace días ya anotamos que tenemos dos centros preocupados con obtener nuevos cítricos, el IVIA en Valencia y el IFAPA en Andalucía, pero no siguen el mismo camino, dado que en este último organismo han tratado las posibilidades de Cadberas, Alustianas, Valencia Delta y Berberino, y que acabados los estudios sobre ellas se pondrán a la labor de analizar la Clemenules, Navel Lane Late y Navelin, leemos en la prensa, que creemos debe referirse a la Navelina.
Nada que decir al respecto, pues la cuestión se debe al hecho de la importancia que tiene ya Andalucía en la producción, pero por ello mismo entendemos que ambas investigaciones deben tener una relación muy próxima, con objeto de evitar doble dedicación a iguales variedades.
Posiblemente, no estaría de más la más estrecha comunicación investigadora entre el IVIA y el IFAPA, para obtener más facilidades y menos perdidas de tiempo.
De otra parte, leemos en Agalmería, en el apartado de investigación, que un grupo de investigadores del Centro Tecnológico LEIA, ha desarrollado un estudio en el que han obtenido envases naturales que alargan más la vida de los alimentos durante su transporte y consumo. Se trata de envases antimicrobianos que limitan o inhiben el desarrollo de microorganismos.
Además, en Alcira (Valencia), una empresa ha diseñado un láser para identificar el origen de la fruta. Este denominado Láser Food una creado una nueva forma de etiquetado para las frutas y hortalizas, que utilizando la tecnología es pionera a escala mundial. Es como un tatuaje en la piel de la fruta que le confiere su propio sello de identidad.
Los promotores entienden que "esto último es un valor añadido a la fruta, al distinguirla del resto que no lo lleve". Durante tres años de investigación, Láser Food ha desarrollado y patentado un sistema de impresión específico para el sector hortofrutícola capaz de identificar el origen o estampar la marca comercial en la piel del producto sin dañarlo.
Comprar Revista Phytoma 206 - FEBRERO 2009