Parta el cantante de este tango, con buena voz, mejor dicción y un público entregado, poco es, si sabe añadirle a todo ello, unas gotas de poesía. Pero, estamos, veinte años, atrás, en la iniciación de una idea en su conjunto vario, ¿resultará igual? El tiempo, con sus enseñanzas, ha dado un resultado.
Claro, profundo, con entrega, poniendo en la consecución sangre y espíritu, unidad de acción que redondea la idea, el objetivo sale, así, adelante.
No fue tan fácil. Hubo que vencer criterios contrapuestos, pero había en la superficie, unidad de acción, deseo de cumplir con aquel que debería con su función dar fe del valor de lo concebido. El receptor de las ideas, del trabajo.
¡Y qué mejor premio que la existencia en la correspondiente posición que la obtenida!
Pero el caminar hacia el objetivo es penoso, difícil, pues la duda ?que aseguran los sabios que es el principio de toda sabiduría-, también es turbadora y acicate. De ahí viene aquello de ¡démosle una vuelta más! Casi nada, buscando la perfección de lo demandado. Buscar lo distinto, sin salirse del cauce es lo difícil, ¡y existen tantos tras ellos!
Naturalmente, en ello estamos, expectantes y sabiendo que hemos podido equivocarnos. Una sola palabra fuera de contexto te lleva lejos del objetivo, haciéndote perder la unidad de lo pensado.
Por ello, centrar en lo que se trata de crear una unidad de propósitos, ayuda a su obtención, lo centra y lo adorna más. Y especialmente, cuando en el conjunto existen varios conceptos que pueden contraponerse unos a otros. Es preciso marcar un camino, el que sea, pero seguirlo todos por igual, sea cual sea el objetivo que buscamos, que hemos de entregar al que nos lo ha pedido con posibilidades de que el mayor éxito sea el suyo, porque así será nuestro.
Todo tiene su rasero. Y éste lo determina el sentido de la responsabilidad, que en el caso de una empresa ha de ser colectivo y personalmente asumido.
El olvido de esas condiciones, niega la posibilidad de hacerlo bien si, además, no se hace a gusto. El nivel de conocimiento ha andado muchas leguas en los últimos años, que unido a la HONRADEZ en lo tratado, da como consecuencia CONFIANZA.
Esta colectividad se ha beneficiado con su recto proceder del favor de quienes se acercan a ella con sus deseos de conocerla más a fondo, por su bien hacer.
Y ello es la consecuencia del clima de responsabilidad global, consecuencia de compartir las decisiones. Ese es el mejor camino que genera CONFIANZA en los que precisan de ella misma. Y a la vez, MOTIVA al resto de los que van llegando a la misma. La responsabilidad compartida da alas a la superación. Puede decirse que es como una orquesta que no precisa leer la partitura para dar la melodía.