Antecedentes. Cinco décadas de historia
Los estudios de Ingeniero Agrónomo se implantan en Valencia allá por finales de los años cincuenta, en la llamada "Estación Naranjera de Burjasot", donde inicia su actividad la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y unos años más tarde la llamada Escuela de Peritos Agrícolas, que luego pasaría a denominarse Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola y actualmente Escuela Técnica Superior del Medio Rural y Enología.
A lo largo ya de estas cinco décadas de historia, ambas Escuelas han desarrollado una extensa y excelsa labor investigadora, por ellas han pasado millares de estudiantes que hoy como Ingenieros Agrónomos, Peritos e Ingenieros Técnicos Agrícolas están en distintos puestos de la Administración central, regional y local, así como la dirección y staff técnicos de importantes empresas del sector agroalimentario o ejerciendo la profesión de Ingeniero y Perito, y en otros casos como empresarios del propio sector agroalimentario.
En el campo de investigación han sido numerosas las contribuciones al conocimiento generadas y plasmadas como aportaciones en revistas científicas y profesionales así como varias patentes muchas de ellas en explotación.
Hoy, podemos afirmar que conforman uno de los centros de referencia del estudio de la agronomía y agricultura en España, habiendo sido considerados con todo merecimiento ambos centros, como una de las mejores Escuelas de su ramo en los rankings que sobre Centros universitarios se publican anualmente.
En la actualidad cuentan con una amplia y cualificada plantilla docente investigadora destacando no sólo en el ámbito nacional sino también internacional.
Bastan sólo algunos datos para corroborar esta afirmación. En los dos centros imparten docencia profesores de 18 departamentos distintos y cuentan con 10 institutos y centros de investigación (Cuadro 1), con un claustro de 359 profesores más de la mitad de ellos doctores (Cuadro 2), conformando una de las mejores plantillas de la Universidad Politécnica de Valencia, así ,no es casual que el mayor número de profesores con el mayor reconocimiento por parte de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora, se encuentren en estos Centros y que la cuarta parte de los Institutos y Centros de Investigación con que actualmente cuenta la Universidad Politécnica de Valencia sean dirigidos por profesores suyos.
Su oferta académica se compone de la totalidad de titulaciones de la rama Agronómica así se ofertan las cuatro especialidades de ingeniero técnico agrícola, ingeniero agrónomo, a los que se suman tecnología de alimentos, montes, enología y recientemente la titulación de biotecnología con la mayor nota de corte de los 58 títulos que oferta hoy la Universidad Politécnica de Valencia.
Finalmente, en esta breve síntesis de lo que ha significado y significan hoy las dos Escuelas, señalar que su vocación y dedicación investigadora sin duda tuvo una figura determinante que no es otra que la del querido profesor Primo Yúfera un científico de primer nivel y que sin duda es uno de los más relevantes con los que ha contado y contará la Universidad Politécnica de Valencia.
Los retos (I). El escenario económico y social
El mito del presente siglo se encuentra muy condicionado por los distintos fenómenos que perfilan el actual escenario económico y social donde la agricultura se encuentra.
Por un lado la globalización proceso de creciente internacionalización con efectos sobre todos los campos de la actividad económica a la que no escapa la agricultura donde los procesos de liberalización y desarrollo de las comunicaciones han actuado como catalizadores. De hecho es uno de los sectores más afectados por el multilateralismo de los acuerdos comerciales de la organización mundial del comercio donde el sector alimentario debate sobre la permanente reducción de aranceles y de mecanismos de protección además de un creciente desmantelamiento de las ayudas al sector, en los que el grupo de los países CAIRNS y los países en vías de desarrollo (PVD) han actuado siempre como demandantes de esta medida.
Los mercados son cada vez más globales y como recuerda Thomas Friedman, la tierra es plana y desaparecen las barreras territoriales en el comercio.
En la Unión Europea, esto unido a la disciplina presupuestaria que imponía la Unión Económica y Monetaria y la adopción del euro han llevado a la postre a una tendencia a la reducción de los subsidios de la política agraria que en otra hora llegó a representar dos tercios del presupuesto comunitario y que actualmente apenas alcanza el 50% y previsiblemente en el entorno del 2013 apenas se sitúe en el 30%.
También aparecen nuevas preocupaciones como la de la sostenibilidad y tratar de reducir la inequidad social, debemos ser conscientes de la escasez de los recursos naturales y por otro lado del drama que supone los desequilibrios regionales. Todavía hoy desgraciadamente crece la hambruna en pleno siglo XXI como recuerda Jean Siegler de Naciones Unidas.
El medio ambiente es otra preocupación que ha significado una demanda de una agricultura respetuosa con el mismo y garante de su conservación.
También el Nobel de Economía Joseph Stiglitz recuerda todo esto en su obra "El Malestar de la Globalización". La reciente crisis económica deriva entre otras causas del incremente del precio del crudo consecuencia tanto por la creciente demanda como por la escasez de recursos energéticos de origen fósil y que ha tenido también sus efectos directos sobre la agricultura, no sólo por el encarecimiento de algunos de sus inputs (abonos químicos y pesticidas) sino porque se derivase algunas de sus producciones (cereales y oleaginosas) a la obtención de biocombustibles, que sumado a los problemas derivados del cambio climático y algunas agresivas plagas, ha reducido la oferta de algunos productos alimentarios básicos en la alimentación en países en desarrollo agudizando la crisis alimentaria y la hambruna.
Por otro lado estamos en la era del conocimiento en la que el principal motor de desarrollo es el capital humano y en que como dice Jeremy Rifkin el conocimiento está a golpe de click gracias a Internet, la red de redes.
Hoy podemos afrontar como señala Pello Salaburu en su obra Europa en la Encrucijada, que la riqueza de las naciones es la riqueza de las opciones.
Es por tanto, necesario avanzar en el conocimiento y en su puesta en valor para ser más competitivos desde la sostenibilidad y favoreciendo una mayor igualdad social.
Es necesario en este contexto el incremento de la productividad y especialmente de la competitividad desde el respeto a la sostenibilidad. Para ello el conocimiento y su aplicación es un elemento vital.
Los retos (II). La reforma curricular y Bolonia
El Consejo de Lisboa 2000 dio lugar a lo que se conoce como la Agenda de Lisboa que entre otras propuestas señaló el que la Universidad, como fuente de conocimiento tecnológico, fuera un motor para la innovación empresarial con una participación más activa en el desarrollo económico y social, de ahí se derivaron importantes comunicaciones de la Comisión de la Unión Europea: "El papel de la universidad en la Europa del Conocimiento 2003", "Movilizar el capital intelectual de Europa 2005".
En ese contexto, hay que entender los acuerdos que se tomaron en su día en Bolonia (1999), que iban en la dirección de incrementar la competitividad de Europa dotándose de un sistema universitario mucho más eficiente. Para ello, se tomaba como patrón el modelo anglosajón, el más exitoso del mundo (las 20 mejores universidades del mundo son anglosajones, 17 de Estados Unidos y 3 del Reino Unido) y se adoptaba para ello la estructura de grado y posgrado, propuesta en estos sistemas educativos tratando de armonizar y facilitar así el intercambio académico para explotar sinergias y facilitar el acceso a los futuros egresados, a un mercado global como la propia actividad económica, cada vez más internacionalizado. Se trata también de desarrollar en los procesos educativos, más el aprendizaje e interrelacionar más las instituciones universitarias con la empresa para favorecer la transferencia y la puesta en valor del conocimiento.
El binomio universidad-empresa es más necesario que nunca.
En España, si bien se ha producido un fuerte avance en el crecimiento científico, pues ya representamos el 3% de la producción mundial en contribuciones en revistas científicas, en su puesta en valor, la cosa dista bastante, representando así en patentes, tan sólo el 1% y en innovación estando claramente por debajo de los países avanzados, algo que ha llevado que nuestra economía, la octava del mundo en los términos de PIB, tan sólo se sitúe entre los 30 primeros puestos en índice de competitividad.
El informe de CYD de 2005, habla de que tan sólo el 53% de las empresas españoles no mantiene lazo alguno con las Universidades. Es necesario una mayor relación universidad-empresa y un mayor gasto universitario, especialmente en I+d y sobre todo en políticas de innovación que como recuerda Francisco Michavila, haciendo referencia a un informe en el que con un 0,1% del PIB más de gasto de Innovación se generan aumentos entre el 0,3% y 0,4% del PIB. Hoy conocimiento tecnológico (Formación e I+D), cambio y puesta en valor a través de la innovación son determinantes para nuestro desarrollo.
Por otro lado la reforma curricular de las profesiones reguladas (entre las que se encuentran las titulaciones que nos ocupan) va con cierto retraso debido a que por parte del Ministerio, si bien ha aparecido el Decreto que regula la ordenación de títulos oficiales, todavía no se ha producido el establecimiento de los requisitos que deben cumplir aquellas titulaciones que deseen contar con las competencias profesionales de las llamadas profesiones reguladas, que básicamente se refieren a las Ingenierías.
Es probable que antes de finalizar el mes de Julio, esta fase normativa finalice y por tanto comience el proceso por parte de las Universidades Tecnológicas, de solicitud de los nuevos títulos conforme a la estructura curricular de grado y posgrado.
En el caso de las Ingenierías relacionadas con la rama agronómica, se estructurarán en grados de 240 créditos y con un posgrado de 60 a 120 créditos (Cuadro 3).
La Universidad Politécnica de Valencia: respuesta a los desafíos
La Universidad Politécnica de Valencia es consciente de que puede y debe conformar el primer centro de formación e investigación en Ingeniería Agronómica y Biotecnológica del país ya que cuenta con los elementos necesarios, una plantilla académica de primer nivel, magníficas instalaciones y muchas de las mejores estructuras de investigación del país en este campo.
El proyecto ya en marcha de integración de los dos centros y de un nuevo edificio anexo a la actual Escuela de Ingenieros Agrónomos, donde se ubicarán las instalaciones de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería del Medio Rural y Enología darán lugar a una Escuela de Ingeniería Biológica de las mejores dotadas del país, donde se ofertarán las currícula relacionadas con este campo conforme a la estructura de grado y posgrado que se deriva de los acuerdos de Bolonia (titulaciones de la rama agroalimentaria y del mundo rural, montes, biotecnología y enología) además de una amplia oferta de posgrados oficiales.
Pero tan importante como esta nueva oferta será la intensificación de los procesos de generación de conocimiento y transferencia a través de los Institutos, Centros de Investigación, Grupos de Investigación de los Departamentos, con los que ya cuentan ambos centros que servirán para que el sector agroalimentario, las empresas, las organizaciones y administraciones, cuenten con unos servicios de I+d de primer orden y además con una implicación cada vez más activa en la puesta de valor de conocimiento a través de la innovación con los mismos así como con la generación de spin-off y en el que sin duda el proyecto de Vera II, la ampliación del parque científico de la Universidad Politécnica de Valencia, contara con la presencia en buena parte de equipos de estas estructuras de investigación y formación relacionadas con esta Escuela.
Es bien claro que la nueva Escuela de Agronomía, del mundo rural, y Biotecnológica de la Universidad Politécnica de Valencia, estará al servicio del sector agroalimentario y de quienes lo forman, que desea contribuir a su progreso ayudándoles a competir mejor, compartiendo su conocimiento y transfiriéndolo y formando como viene haciendo, excelentes profesionales, ayudando así a ser globalmente competitivos pero también localmente comprometidos.