Mis felicitaciones a Phytoma en esta conmemoración de su 20 aniversario. Esta revista se ha consolidado en estos años como un referente en la sanidad vegetal. Mi agradecimiento por invitarme a compartir con la revista y sus lectores algunas reflexiones sobre los aspectos y conceptos enunciados en el título de este artículo.

Desde hace unos años se viene insistiendo en la necesaria colaboración entre los centros públicos de investigación, las universidades y las empresas. Tradicionalmente se dice que la colaboración de las empresas con la investigación institucional permite el acceso de las PYMES a la investigación y, por tanto, a la generación de conocimiento. Normalmente aquí se acaba el razonamiento sobre el interés de esta colaboración y es cierto, evidentemente, que este es uno de los objetivos que se desea y que se alcanza con esta colaboración citada. Desde mi punto de vista hay otros dos aspectos que resultan de importancia para resaltar y que añaden valor a esta colaboración.

 

La colaboración con empresas contribuye a orientar la investigación pública y a mejorar su funcionamiento

Que las empresas inviertan en investigación con grupos encuadrados en centros de investigación o universidades contribuye a "orientar" la investigación de estos centros públicos que, por otro lado, todos sabemos que se financian, en todo o en una muy buena parte, con los impuestos de todos los contribuyentes. Por tanto, la orientación de la investigación en estos centros públicos no es un tema baladí ni un tema respecto al cual la sociedad debe estar ajena. El hecho de que exista una colaboración activa entre centros públicos de investigación, universidades y empresas y estas manifiesten sus necesidades y sus problemas, y los intenten resolver mediante la colaboración con los primeros, es una señal inequívoca que aquellos temas son de interés para los verdaderos integrantes del tejido económico y social del país. Y, por esta razón, es una manera de que la investigación pública se "oriente" hacia las necesidades de la sociedad, expresadas estas a través de los agentes económicos que la integran (las empresas).

Así lo vemos nosotros desde el IRTA en donde monitorizamos y seguimos la actividad contractual en cada una de las líneas de investigación del Instituto para ver si efectivamente tal o cual línea consigue atraer el interés del sector empresarial afectado, genera relaciones de colaboración y, a través de estas, puede contribuir a ayudar a resolver problemas de tal o cual subsector. Lógicamente habría algunos matices que hacer en relación, por ejemplo, al del tipo de empresa, asociación o grupo con los que se establecen los contratos y el tipo de trato o de contraprestaciones. Pero en un artículo de este tipo no hay posibilidad de hacerlo.

Por otro lado, otra de las ventajas que aporta la colaboración de instituciones públicas -como es nuestro caso- con las empresas, es lo que yo llamo una contribución al mantenimiento del "tono muscular" de la organización. En una organización pública como el IRTA, y creo también que este razonamiento puede extenderse a otras instituciones parecidas a la nuestra, "el tono muscular", entendiéndolo como el grado de tensión y atención organizacional a los clientes externos, opino que es uno de los temas que se les debe prestar atención desde el punto de vista del "Management".

En este sentido los contratos con empresas ejercen un efecto "exigencia" que creo que es muy beneficioso para la organización. Los proyectos de investigación con financiación pública, de los cuales también viven los organismos y universidades, tienen un grado de exigencia, en cumplimento de plazos, calendarios, etc., que no se pueden equiparar con el grado de exigencia y atención que le presta una empresa privada a un contrato con un centro de investigación para realizar un proyecto de su interés. Es precisamente este interés que los representantes de las empresas privadas muestran hacia sus inversiones y, en consecuencia, hacia el adecuado cumplimiento de los contratos con los organismos de investigación, lo que contribuye, con un efecto saludable para la organización, a mantener la tensión y atención al cliente y por ende el tono muscular en sentido figurado al que me refería mas arriba.

 

La misión y "Management" de los organismos de investigación: clave en la colaboración con empresas

Un organismo público de investigación que en su misión fundacional se defina, entre otros objetivos específicos, como un organismo que quiera orientarse a la colaboración empresarial debe definir y poner en marcha los elementos de gestión empresarial necesarios para alinear a toda la organización en este cometido.

En primer lugar es importante que la misión, la visión y los valores de la organización estén bien definidos y que sean conocidos, asumidos, aceptados y defendidos por toda la organización. Deben formar parte de la "cultura" de la organización.

En nuestro instituto hemos elaborado una visión según la cual nos queremos constituir en el referente y socio tecnológico del sector agroalimentario.

Esto quiere decir que queremos asumir con eficiencia y eficacia una voluntad de servicio y compromiso con el sector. El sector agroalimentario no como ente abstracto sino como ente que integra empresas concretas que lo representan.

En el transcurso de la definición e implantación de la cultura corporativa del IRTA hemos acuñado una especie de lema con el que decimos que "más que trabajar para el sector -en un sentido lejano de distancia- nosotros queremos trabajar con el sector". Con un sentido y enfoque de proximidad, de interés a sus necesidades y problemas y con la voluntad de compartir con ellos estas inquietudes y estas necesidades de futuro. Por otro lado, si queremos que un organismo de investigación se oriente de manera clara hacia el trabajo con las empresas hay que introducir en las pautas del mismo los elementos que estimulen a las personas hacia la consecución de este objetivo. Si los parámetros para la evaluación y promoción del personal investigador se basan exclusivamente en las publicaciones científicas entonces será difícil que los propios investigadores tengan interés suficiente en realizar proyectos de colaboración con empresas que, normalmente, no dan lugar publicaciones. Por tanto, los aspectos de gestión de RRHH deben orientarse y definirse en función de la misión y visión del organismo. Esta aproximación es la que hemos intentado aplicar en el IRTA desde nuestra fundación en 1985 y así los criterios generales de gestión de nuestros RRHH se desarrollaron ya en nuestro primer convenio colectivo hace 20 años. Desde entonces estos criterios son los que han inspirado y conformado todo el sistema de evaluación y promoción del personal. Sistema en el que hemos intentado combinar, de forma equilibrada, la necesaria e imprescindible producción científica de calidad y, por tanto las publicaciones en revistas científicas de impacto, con la acreditación por parte de los investigadores/as de una eficaz colaboración con empresas, asociaciones o entidades diversas. La aplicación de estos criterios a lo largo del tiempo junto con el trabajo permanente de comunicación, implantación de la cultura corporativa y alineamiento de las personas con los objetivos institucionales han sido elementos claves en nuestro progreso como institución de investigación al servicio del sector.

 

La investigación: opción estratégica empresarial

Finalmente, hay que decir que la investigación es una opción empresarial estratégica.

Es perfectamente comprensible por tanto que algunas empresas no adopten esta opción y que apuesten por otras vías. Es respetable. Creo que esto es importante decirlo en un momento en donde en los medios y en muchos entornos nos estamos llenando la boca con palabras como investigación, tecnología, innovación. Creo que debemos pensar que lo que es importante en el caso de las empresas es que tengan una sólida estrategia empresarial pensada y establecida y que la puedan seguir con eficacia. Este clima de moda de la innovación conduce a veces a situaciones en las que algunas empresas se plantean hacer investigación porque hay ayudas o porqué queda bien. Hay que hacer investigación porque interesa no porque haya ayudas.

Dicho esto, en las empresas que decidan optar por la estrategia investigadora la identificación de las necesidades es un aspecto clave. Para ello hay que dotarse de capacidad técnica "in house". La incorporación de personal técnico a la empresa con visión y capacidad investigadora y de interlocución con los organismos públicos de investigación es importante. Si no existe esta capacidad será difícil incluso identificar posibles socios tecnológicos. Lógicamente, también el conocimiento del mercado debe aportar las orientaciones necesarias para enmarcar esta investigación.

 

España hoy: una oferta importante de I+D institucional. Hay que saber escoger

La empresas que quieran colaborar con instituciones para la I+D deben identificar y seleccionar adecuadamente sus "Partners" tecnológicos. Afortunadamente en España en este momento tenemos un tejido universitario y de centros de investigación que no tiene nada que ver con lo existía hace 25 o 30 años y por tanto, las empresas pueden escoger y seleccionar entre una oferta importante. En este sentido, los criterios bajo los cuales se va a hacer esta identificación y selección son trascendentes. Me permito apuntar 3 como sugerencia: en primer lugar los conocimientos y experiencia previa demostrada por tal o cual grupo u organismo público de investigación; en segundo lugar los recursos y medios de estructura y infraestructura disponibles (en demasiadas ocasiones se piensa que proyectos de colaboración empresarial se pueden abordar con becarios o con persones en situación de precariedad laboral) y, en tercer lugar, el compromiso institucional y capacidad de respuesta (no es lo mismo un contrato del que responde una persona física que el compromiso de una institución cohesionada y comprometida en el servicio como institución). Respetar el calendario pactado y el cumplimiento de plazos son exigencias necesarias también en un servicio de calidad. El precio, cuando hablamos de I+D, no debe ser un criterio.

Desde el IRTA somos fervientes defensores e impulsores de la colaboración con las empresas. Hace 23 años cuando se creó nuestro Instituto no se hablaba tanto de colaboración con las empresas, es más en algunos círculos académicos, se hablaba de que la colaboración con las empresas era una manera de subvertir las finalidades de la universidad o de los centros públicos de investigación. Nosotros creo que lo hemos tenido claro. Desde el inicio hemos impulsado esta línea de actuación y nos sentimos muy orgullosos y satisfechos de todas las colaboraciones que hemos alcanzado con todo tipo de empresas y asociaciones en los distintos sectores en los que estamos trabajando. Sin duda ha sido uno de los elementos claves del progreso y proyección de nuestro instituto y, por ello, les estamos muy agradecidos.

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