De la Revolución Verde a la Agricultura de Precisión
En los últimos años hemos incorporado a nuestra vida cotidiana y profesional las potentes herramientas de Tecnologías de la Información que tenemos a nuestro alcance y que principalmente son: los Sistemas Informáticos (equipos y software), el desarrollo de distintos tipos de Sensores, las Telecomunicaciones (incluyendo los SMS y los Sistemas de Posicionamiento Global por satélite, es decir, los archiconocidos GPS, y) e Internet (páginas web y correo electrónico).
En Agronomía, la disponibilidad de todos ellos ha supuesto una revolución tecnológica materializada gracias a los avances conseguidos desde que la revolución verde se iniciara a mediados del siglo pasado.
El paradigma de estas tecnologías viene dado por la denominada Agricultura de Precisión, cuya seña de identidad es el manejo localizado de cualquiera de las operaciones realizadas en una explotación agrícola con el fin de mejorar el uso de insumos, el rendimiento y finalmente los ingresos económicos esperados.
Los beneficios potenciales van más allá ya que éstas técnicas agrícolas facilitan la trazabilidad (obligatoria dentro de la cadena alimentaria desde enero 2005), son compatibles con el cumplimiento de las medidas de condicionalidad de la PAC y permiten la gestión de las explotaciones incluso de noche. En la actualidad, no es infrecuente ver en la agricultura española máquinas sembradoras (o plantadoras para olivos, frutales o viña) con sistema de autoguiado y cosechadoras de precisión para la obtención de mapas de rendimiento de cultivos como maíz, viña, algodón, girasol, cereales, entre otros. También están surgiendo las primeras empresas que se dedican a la gestión de explotaciones ganaderas con tecnología de precisión.
De la Adquisición de Información al Tratamiento Localizado
Se han dedicado grandes esfuerzos científicos y técnicos para demostrar que la aplicación localizada de insumos es posible y para identificar los principales desafíos que hay que vencer. De entre todos los retos, el primero es: ¿por dónde empezamos? Para contestar a esta pregunta hay que destacar que dos de los fundamentos básicos generales son que la superficie de nuestra explotación sea grande (ya que este tipo de agricultura es menos rentable si las fincas son pequeñas) y que partamos del mapa de cosecha del cultivo en cuestión. Estas condiciones son particularmente interesantes ya que la tendencia actual en muchas zonas es que las explotaciones agrarias sean de mayor tamaño que hace unos años y que las empresas de servicios gestionen varias fincas. De esta forma, el gasto para adquirir equipos se ve amortizado antes y se incrementan los beneficios potenciales. A partir de los mapas de rendimiento y con el conocimiento exhaustivo que tengamos de nuestros campos, podemos comprobar si la variabilidad intra-parcelaria de la cosecha obtenida es tan notoria como para que hagamos el esfuerzo de aplicar este tipo de tecnologías para mejorar las zonas con bajas producciones.
Otro de los desafíos que nos planteamos es: ¿cómo realizamos en campo los tratamientos localizados de herbicidas, fertilizantes u otros agroquímicos? Para responder a esta cuestión tenemos que familiarizarnos con una serie de conceptos.
No es igual trabajar en tiempo real que con mapas previos, y no es lo mismo obtener información generada con sensores instalados en la maquinaria, o en las plantas o árboles (si es trata de un cultivo leñoso), o con sensores situados en plataformas espaciales o aerotransportadas. Veamos las diferencias.
Tiempo real: cuando la maquinaria agrícola tiene instalados los sensores necesarios para detectar el problema (carencia de fertilizante, fallo en la siembra, rodal de mala hierba, entre otros) y aplicar el insumo correspondiente, todo ello en una sola operación. Es decir, no suele existir mapa de tratamientos propiamente dicho. Actualmente hay empresas que en tiempo real ofrecen a sus clientes visualización por Internet de sus datos técnicos y a través de mensajes SMS o correo electrónico asesoran sobre tratamientos, riegos, o sus incidencias.
Mapas previos: consiste en obtener información de la variable que interese a través de muestreos "in situ", mediante sensores instalados en el cultivo o utilizando teledetección. En este caso, el análisis de imágenes aéreas o de satélite de la zona, permitirá realizar mapas de numerosas parámetros, por ejemplo, de malas hierbas, estrés hídrico o enfermedades, a partir de los cuales se elaborará un mapa de tratamientos que es el que "lee" el equipo para que la aplicación localizada sea la adecuada.
De forma breve, existen excepciones a lo comentado anteriormente, de hecho no siempre es imprescindible partir del mapa de cosecha. Un ejemplo sería cuando son necesarias aplicaciones localizadas de un recurso muy escaso o sometido a un elevado control como puede ser el agua de riego. Actualmente se comercializan métodos de fertirrigación automatizados de precisión que ajustan la dosis de los nutrientes disueltos en cada gota de riego según los requerimientos del cultivo y la curva de absorción de cada elemento, de esta forma se disminuye el agua, el nutriente y las pérdidas por lixiviación. También hay empresas que ofrecen equipos y sensores para cultivos leñosos o masas forestales para caracterizar las necesidades que éstos pudieran tener y actuar en consecuencia.
Perspectivas futuras
A pesar de todos los comentarios anteriores, aún existe una falta de sintonía entre el reconocimiento de las ventajas de la agricultura de precisión y su adopción.
En la mayoría de las ocasiones, ello se debe a las considerables inversiones que se requieren, a la carencia de los conocimientos necesarios y/o a la falta de sistemas de soporte a las decisiones. Como ocurre en otros países, en amplias zonas de España la edad media de los agricultores es de 55 años y en muchos casos el uso de ordenadores es aún muy limitado. Sin embargo, esta tendencia está variando de forma que la edad de los empresarios agrícolas está bajando, la formación está aumentando y el concepto de gestor agrícola está modificándose cambiando para ofrecer servicios integrales altamente tecnificados.
Por otra parte, la actual coyuntura agraria mundial que prevé cambios relevantes en la PAC y mayores demandas de cereales de China e India o la desviación de éstas hacia biocombustibles, ha producido una nueva situación de alza de precios en los grandes cultivos. El incremento de los precios podría repercutir en un aumento del interés de determinados empresarios agrícolas por la adopción de agricultura de precisión, dado que el margen de actuación económico puede verse incrementado y a la vez, ésta podría ser una magnífica oportunidad para incentivar la productividad a través de la innovación. Al hilo de lo anterior, si las políticas agrarias se vuelven más estrictas sobre todo en su variante medioambiental (control de regadíos y de agroquímicos utilizados por agricultor), las aplicaciones localizadas reúnen las ventajas potenciales que las hacen ser una alternativa satisfactoria en amplísimas zonas de la Unión Europea, Australia, Argentina, EE UU, entre otros muchos países.
Conclusiones
Existe actualmente tecnología disponible para una gestión sostenible, más eficiente y de precisión para racionalizar la toma de decisiones en explotaciones agrícolas con cultivos de una elevada importancia socio-económica. Desde una perspectiva mundial, el manejo localizado de insumos se puede considerar como una alternativa excelente para resolver los grandes desafíos que tiene el sector agrario y que fundamentalmente son asegurar el alimento a la creciente población mundial, disminuir el potencial deterioro ambiental que trae consigo una mala praxis agrícola y optimizar las inversiones. En mi opinión, hay fincas y cultivos que convendrá gestionarlos con maquinaria en tiempo real y otros con mapas previos obtenidos por teledetección o sensores "in situ". Las decisiones para implementar la agricultura de precisión se tomarán dependiendo del cultivo, de la superficie que haya que gestionar, de si existe o no posibilidad de compartir gastos o de contratar los servicios de empresas que ofrezcan de forma integral este asesoramiento.
Comprar Revista Phytoma 199 - MAYO 2008