El cultivo de la remolacha azucarera de siembra otoñal tiene una gran importancia económica y social en Andalucía occidental. Los trabajos realizados por la interprofesional AIMCRA han permitido poner a punto programas de control de malas hierbas con dosis reducidas de herbicidas, lo que supone una considerable mejora de la rentabilidad del cultivo y un menor impacto ambiental. Sin embargo, el reciente cambio en la OCM del azúcar y la aparición de especies malas hierbas difíciles de controlar aumentan el interés de nuevos estudios de competencia con estas malas hierbas especialmente nocivas. Por ello, se han realizado tres ensayos de campo en las campañas agrícolas 2004/05 y 2005/06 en fincas con elevadas infestaciones arvenses, y se han realizado escardas manuales en distintos momentos. Los resultados obtenidos muestran que la competencia causada por las malas hierbas provoca importantes reducciones del rendimiento, y no se ha observado una influencia significativa en la calidad de la cosecha. Los resultados pueden utilizarse como primera aproximación para el establecimiento de umbrales de tratamientos y también proporcionan información útil sobre los periodos en que se produce la competencia, de forma que se puede optimizar el momento de aplicación de las medidas de control de las malas hierbas.

 

INTRODUCCIÓN

En la agricultura de regadío del Bajo Guadalquivir el cultivo de la remolacha azucarera de siembra otoñal tiene gran importancia económica y social. Sin embargo esta técnica de sembrar la remolacha antes del frío del invierno apenas supone el 3% de la superficie mundial de remolacha (FAO, 2007), por lo que los problemas del cultivo, y también las soluciones, no son fácilmente extrapolables. La remolacha de siembra otoñal ocupa en Andalucía unas 28.000 hectáreas (AIMCRA, 2007), de las cuales un 70% aproximadamente se cultiva en condiciones de regadío y se caracteriza por sus elevados rendimientos (aprox. 78.000 kg.ha-1 de remolacha tipo) conseguidos en gran medida por la elevada tecnificación del cultivo, a la cual ha contribuido de forma decisiva el trabajo llevado a cabo por la interprofesional AIMCRA durante los últimos 15 años.

Entre otros logros, AIMCRA ha conseguido generalizar la aplicación de dosis reducidas de herbicidas basándose en una optimización del momento de la aplicación y de las sinergias entre determinadas materias activas (GUTIÉRREZ, 1999). Sin embargo el control de las malas hierbas sigue siendo el capítulo más costoso entre los gastos del cultivo, con unos importes que actualmente oscilan entre los 250 y los 400 euros.ha-1.

En el año 2005 se ha aprobado una reforma de la OCM del azúcar, recogida en el reglamento (CE) nº 1686/2005, que implicará una reducción de precios (de 48 euros. t-1 en 2005 se pasará a 27 euros.t-1 a partir de 2009). Esta reducción de ingresos por cosecha obligará a buscar posibilidades de reducción de costes. La realidad actual, unida a posibles alternativas futuras como la utilización de cultivares resistentes a herbicidas totales, ha vuelto a despertar el interés sobre la competencia causada por las malas hierbas (MÄRLÄNDER, 2005).

El estudio de la competencia causada por las malas hierbas no debe limitarse a conocer las reducciones de rendimiento asociadas a una determinada infestación sino que también interesa conocer el momento en el que se produce la competencia. Para determinar este momento deben estudiarse dos periodos: a) el periodo crítico de tolerancia (PCT) y b) el periodo libre de malas hierbas (PLMH). El PCT es el periodo de tiempo que el cultivo es capaz de convivir con una infestación suponiendo nascencias simultáneas y, a efectos prácticos, determinaría el máximo retraso admisible para la primera escarda. El PCT se refiere a las malas hierbas que nacen con el cultivo, pero es lógico pensar que las emergencias posteriores también pueden ser nocivas. En este sentido, el PLMH determina el periodo en el que las nascencias de malas hierbas son nocivas y, a efectos prácticos, determina el máximo adelanto para la última escarda, ya que las nascencias posteriores no son nocivas. Más información sobre estos conceptos se puede consultar en ZIMDAHL (1998).

En este sentido se ha encontrado un trabajo de campo que estima en un 65% las disminución de rendimiento causado por las malas hierbas en remolacha de siembra otoñal en regadío (GUTIÉRREZ-SOSA y REINA, 1993) que establece un PCT y PLMH en 4 y 16 hojas verdaderas del cultivo respectivamente. Sin embargo se trata de resultados correspondientes a un único año, no especifica la composición florística de la infestación y corresponde a unas condiciones de cultivo relativamente diferentes de las actuales.

El objetivo del presente trabajo ha sido conocer las pérdidas causadas por las malas hierbas en remolacha azucarera de siembra otoñal, y determinar los periodos críticos de tolerancia y libre de malas hierbas.

 

Materiales y métodos

Se han realizado tres ensayos de campo en Lebrija (sector B-XII del Bajo Guadalquivir en Sevilla), uno en la campaña agrícola 2004/05 y dos en 2005/06. En los tres casos, todas las operaciones de cultivo, excepto la escarda, fueron las mismas que las del agricultor y pueden considerarse representativas del cultivo de la remolacha azucarera en la zona.

El diseño experimental ha sido bloques completos al azar, con 10 variantes y 4 repeticiones, y el tamaño de la parcela elemental ha sido de 18 m2 en 2005 y 24 m2 en 2006. Las variantes han consistido en escardas (todas ellas manuales) efectuadas en diferentes fechas (Tablas 1 a 4). Los datos tomados han sido densidad de la infestación, biomasa de malas hierbas, rendimiento del cultivo y calidad tecnológica de la raíz. En el año 2004, adicionalmente al experimento mencionado, se han realizado conteos destructivos en cinco microparcelas adyacentes al ensayo.

Como material vegetal se ha utilizado la infestación arvense que de forma natural emergió y que en la campaña 2004/05 fue predominantemente Torilis nodosa (con una densidad media de 40 plantas/m2) mientras que en 2005/06 en una localidad fue Anagallis arvensis (densidad media de 42 plantas/m2) y en la otra Torilis nodosa (81 plantas/m2).

 

Resultados y discusión

Los resultados de la campaña 2004/05 indican que las emergencias de Torilis nodosa han estado muy concentradas justo después de la nascencia del cultivo de modo que el 93% de las emergencias se habían producido transcurrido el 8% de la integral térmica (Figura 1), es decir, antes de que el cultivo alcanzara el estado de dos hojas verdaderas. La comparación de las mediciones destructivas y no destructivas permite deducir que es probable que la presencia de plantas nacidas de T. nodosa influya en la emergencia del banco de semillas, escalonándola.

Las comparaciones de las variantes 1 y 2 (testigos "sucio" y "limpio") se representan en la Figura 2 y se puede observar que, en los tres casos, la infestación redujo la producción de forma significativa. También se puede ver que la especie T. nodosa es más competitiva que A. arvensis ya que con densidades y rendimientos relativamente similares, T. nodosa ocasiona una reducción del 35% del rendimiento en 2005, mientras que A. arvensis reduce el rendimiento en un 10% en 2006. También se puede apreciar que el aumento de la densidad de infestación de T. nodosa de 40 a 81 plantas/m2 no se tradujo en un aumento de la competencia ya que la reducción del rendimiento en términos porcentuales en 2006 fue del 38%.

Respecto de la influencia de la infestación en la calidad de la cosecha, los resultados obtenidos indican que no existe tal influencia ya que no se encontraron diferencias, en ninguno de los tres ensayos, entre los testigos "limpio" y "sucio" para los parámetros de polarización y de valor tecnológico e industrial (resultados no presentados).

En la Figura 3 se representa la reducción del rendimiento en función del retraso de la escarda, y se puede apreciar que, en los ensayos de Torilis 2005 y Anagallis 2006, el cultivo puede convivir con la infestación sin que se reduzca el rendimiento hasta transcurrido un 15% y un 24% de la integral térmica respectivamente. Llama la atención la respuesta Torilis 2006, ya que se observa una disminución de rendimiento del 8,5% cuando la escarda se retrasó hasta el 25% de la integral térmica (E1). Se recomienda para futuros trabajos concentrar las escardas entre el 15 y el 25% de la integral térmica para conseguir una mayor precisión.

En la Figura 4 se representa la reducción de rendimiento asociada al periodo en que el cultivo se mantiene libre de malas hierbas y se pueden observar diferencias entre los resultados de Torilis 2005 y Torilis 2006, de modo que en el primer caso las escardas posteriores al 7% IT no se traducen en incrementos de rendimiento mientras que en 2006 es necesario mantener el cultivo libre de malas hierbas hasta transcurrido el 35% IT. También se puede apreciar que el periodo libre de malas hierbas para Anagallis 2006 es del 24% IT, coincidiendo con el periodo crítico de tolerancia para la misma infestación.

Como aplicación práctica, se puede considerar que las infestaciones de T. nodosa deben controlarse antes de que transcurra el 15% de la integral térmica y que son necesarias posteriores medidas para controlar las nascencias que ocurran hasta el 35% de la integral térmica.

Por último, los resultados de A. arvensis indican que si se quiere controlar la infestación con una sola escarda, ésta se debería aplicar transcurrido el 24% para que no exista reducción de rendimiento. Se recomienda complementar esta información con los datos disponibles de eficacia de las medidas de control de modo que, por ejemplo si se quiere aplicar un programa de dosis reducidas, debe tenerse en cuenta que el estado fenológico de la mala hierba influye de forma determinante en el resultado de la aplicación.

 

BIBLIOGRAFÍA

AIMCRA, 2007. Recomendaciones siembra de primavera 2007. Revista AIMCRA nº 93. Valladolid.

GUTIÉRREZ-SOSA M. (1999). Buenas prácticas agrícolas para el control de malas hierbas en la remolacha azucarera de siembra otoñal. En: Control integrado de malas hierbas. Fernández-Quintanilla, C.; Garrido, M.; Zaragoza, C. PHYTOMA-España. Valencia, 119-130.

GUTIÉRREZ-SOSA M. y REINA, J. (1993). Determinación del periodo crítico de competencia de malas hierbas en la remolacha azucarera de siembra otoñal. Actas Congreso 1993 de la SEMh. 299-302.

MÄRLÄNDER, B. (2005). Weed control in sugar beet using genetically modified herbicide-tolerant varieties. A review of the economics for cultivation in Europe. J. Agronomy & Crop Science, 191, 64-74.

Comprar Revista Phytoma 193 - NOVIEMBRE 2007