La dehesa en Extremadura es la formación agronómica más representativa de esta región, ocupando casi un 45% de la superficie forestal. Se contabilizan aproximadamente un millón
y medio de hectáreas. como dehesa, de las cuales 1.150.000 hectáreas. correspondería a encinar, unas 60.000 hectáreas. a alcornocal y el resto a asociaciones mixtas de encinaalcornoque y otras frondosas. Constituye un ecosistema que es la base de las explotaciones de ganado desarrolladas en régimen extensivo.

INTRODUCCIÓN

Dentro de los distintos aprovechamientos de este peculiar arbolado, la producción de bellotas es el principal, siendo vital en el engorde del cerdo ibérico de montanera, así como para la alimentación del resto de las especies ganaderas que aprovechan la dehesa (vacuno, ovino, especies, cinegéticas...).

"Los frutos de las especies del género Quercus van madurando durante los meses de otoño a invierno. Durante este periodo sufren agresiones y sirven de guarida a numerosos organismos que propician la presencia de malformaciones y atrofias. Estos ataques y posteriores malformaciones producidos por plagas afectan principalmente al potencial reproductor del árbol de forma negativa" (VÁZQUEZ 1998).

La importancia económica que tiene la producción de estos frutos en los encinares y alcornocales de las dehesas extremeñas para la alimentación de ganado en régimen extensivo, no sólo se valora por su cantidad sino también por su calidad, medida ésta por su sanidad (ausencia de ataques de insectos y podredumbres).

En el presente artículo se exponen los resultados de un trabajo de campo desarrollado durante los años 2000-01, cuyo objetivo fundamental era valorar la pérdida de cosecha de bellota y su cuantificación económica como consecuencia de los ataques de los 2 principales insectos carpófagos que le afectan: el coleoptero Balaninus elephas y lepidópteros del género Cydia sp.

 

 

Principales plagas perforadoras

Las principales plagas que encontramos como perforadoras de bellota son los coleópteros del género Balaninus y los lepidópteros del género Cydia.

En los encinares extremeños se presenta de forma endémica otra plaga provocada por el lepidóptero Tortrix viridana, que causa daños en la floración e inicio del cuajado de la bellota en primavera, no siendo objeto de valoración en el presente artículo.

Se comentan algunos datos acerca de la biología de estos dos insectos:

Curculio elephas (=Balaninus elephas).Insecto perteneciente a la familia Curculionidae, del orden Coleóptera. Se caracteriza por el ataque de sus larvas a los frutos de fagáceas durante los meses de septiembre a diciembre.

El color del adulto (6-10 mm) es gris oscuro, siendo el de su larva (7-12 mm) color marfil, ápoda y con aspecto engrosado (RUPÉREZ, 1957,1960).

Las larvas invernan en el suelo a profundidades de hasta 20 cm., saliendo los adultos después de las primeras lluvias de finales de verano-principio de otoño. En este momento alcanzan su madurez sexual y las hembras perforan las bellotas por el cascabullo, produciendo en la mayoría de los casos un necrosamiento en la unión de la bellota con el cascabullo, provocando la caída prematura de frutos.

Cada hembra puede poner unos 20 huevos repartidos en diferentes frutos, depositando hasta 2 ó 3 huevos por perforación y fruto, también varias hembras pueden hacer la puesta en el mismo fruto, por lo que se pueden ver más de dos larvas en una bellota.

El desarrollo y alimentación de las larvas en el fruto dura unos 30 días.

Posteriormente, los frutos caen a la tierra y la larva realiza un agujero de salida perforando el pericarpio de la bellota y enterrándose en el suelo a unos 20-25 cm., hasta el año siguiente o incluso dos años, para dar comienzo a un nuevo ciclo.

Carpocapsa (=Cydia sp.). Son lepidópteros de la familia Tortricidae (PETERSON A. 1962). Se encuentran en gran parte de Europa y en España ocupa las zonas pobladas de quercíneas y castaños.

Las especies identificadas en Extremadura son Cydia fagiglandana y Cydia splendana.

El adulto (15-18 mm.) posee alas oscuras con manchas plateadas alargadas (RUPÉREZ A. 1957).

Vuela en los meses de junio, julio y agosto poniendo los huevos en zonas cercanas a la bellota (ramitas, hojas, cascabullo). La oruga que llega a tener un tamaño de 15 mm., nace al cabo de unos 7 días de la oviposición. A continuación perfora el pericarpio del fruto recién formado. Pueden ser de color amarillo (C. splendana) o color rosáceo (C. fagiglandana).

Una vez introducida, se alimenta del interior de la bellota. Cuando la bellota cae al suelo, salen al exterior hilando un capullo sedoso bajo las hojas donde crisálida. Así permanece hasta mayo que emerge el imago, y se inicia un nuevo ciclo biológico.

 

Material y método

El estudio se ha realizado en la dehesa "La Balsa" situada en el término municipal de Cheles en el suroeste de la provincia de Badajoz, durante el periodo de septiembre de 2000 a enero de 2001. Las observaciones biológicas y recogida de frutos se realizaron con una cadencia semanal.

Se eligió dicha finca por ser representativa de una dehesa media extremeña en cuanto densidad de arbolado y capacidad productiva de bellota.

Dentro de ella se seleccionó una parcela de 60 Has. en la que la entrada de ganado fuera la mínima y más tardía posible, para que no interfiriesen en las observaciones. Se señalaron 5 encinas, cada una caracterizada por diferencias en cuanto al tamaño y fenología del fruto, al final, la toma de datos se efectuó en cuatro de ellas, ya que en la quinta la producción de bellota fue muy reducida.

Las zonas de goteo de cada encina señalada se limpiaron de hierbas, piedras, etc., con el fin de poder recoger mejor la totalidad de los frutos caídos.

La recolección de las bellotas caídas se realizó progresivamente entre el 1 de septiembre y el 17 de enero ayudándonos de un rastrillo y metiéndolas en bolsa. Posteriormente en laboratorio se abrían longitudinalmente con un bisturí y se clasificaban en sanas y atacadas mediante observación con lupa binocular.

Se pesaban en estado húmedo y se clasificaban según tipo de ataque.

Las bellotas se han clasificado en sanas y atacadas, diferenciándose éstas si lo eran por Balaninus o Cydia.

 

Resultados

Según las observaciones realizadas en las 4 encinas objeto de control, los resultados globales obtenidos han sido los siguientes (Tabla 1):

Producción media Kg.

bellotas/encina...........................................5,23 Kg.

Producción media Kg. bellotas/has (dens. media estimada: 43 pies/ha)..........655 Kg/ha.

% de pérdida de peso de bellotas atacadas respecto a las sanas..............................21,8%.

 

Evolución de la caída de bellota

La evolución del ataque total (conjunto de Cydia más Balaninus) en el periodo estudiado se refleja en el Gráfico 1 en el que se comparan frutos sanos y frutos atacados según fecha.

El periodo que se detectan frutos atacados en el suelo es desde el 1 de septiembre al 10 de enero, situándose el máximo de caída de frutos atacados del 20 de septiembre al 25 de noviembre en el que se observa el 90% del total de frutos atacados.

 

Evolución del ataque según especies

De las 5.026 bellotas atacadas por insectos carpófagos 3.192 han sido por Cydia, lo que representa el 63% y 1.834 por Balaninus que supone el 37%.

La evolución de caída de bellota atacada por una y otra especie se representa en el Gráfico 2.

 

Evolución del peso de bellota sana y atacada

La evolución del peso medio tanto de la bellota sana como la atacada se representa en el Gráfico 3.

 

Evaluación economica de daños

El porcentaje de bellotas atacadas es del 36% y la pérdida de peso de las bellotas atacadas por estos insectos carpófagos frente al peso de las bellotas sanas es de un 21,8%, por tanto la pérdida directa de cosecha de bellota como consecuencia del ataque es del 8%.

A esta pérdida de cosecha hay que sumar el rechazo generalizado del ganado a alimentarse con los frutos afectados por estos parásitos, debido a que las bellotas atacadas se contaminan por hongos y se descomponen con cierta rapidez, haciéndolas poca apetecibles para el ganado.

Estimamos que entre el 40-75% de la bellota atacada no es aprovechada por el ganado, lo que supone una pérdida indirecta del 15%-27% de bellota no aprovechable de la producción total.

Los factores que influyen en este porcentaje de desaprovechamiento de la bellota atacada son: las condiciones climatológicas, una otoñada temprana provocará un mayor deterioro de las bellotas y la carga ganadera ya que con una mayor presión ganadera habría un mejor aprovechamiento así como el manejo: una entrada temprana en las cercas nos permitirá aprovechar la bellota atacada antes de que se deterioren.

Por tanto, la pérdida total de bellota como consecuencia del ataque de estos insectos será la suma de la directa y la indirecta situándose entre el 23 y el 35%.

En el cuadro adjunto se calcula, expresado en ?/ha, la valoración económica de daños por ataque de insectos perforadores de la bellota en función de la producción estimada, grado de ataque y precio de la bellota.

Los daños económicos estimados en la zona de estudio son medios altos ya que se sitúan entre 36 y 82 ?/ha de pérdidas por el ataque de estos insectos dependiendo del precio de la bellota.

Los valores centrales del cuadro figuran coloreados, ya que se consideran que son los de producciones más frecuentes de la dehesa extremeña, entre 400 y 600 kg de bellota por ha. Con estas producciones la cuantificación económica de daños por ataques de estos insectos se sitúan entre 22 y 75 ?/ha (Tabla 2).

 

Medios de lucha

Por parte del Servicio de Sanidad Vegetal de Extremadura a través del Boletín de Avisos, se recomienda un tratamiento a los 6 u 8 días después de las primeras lluvias de otoño ya que se ha observado una cuantiosa emergencia de adultos de Balaninus a continuación de estas primeras aguas.

Con el fin de interrumpir el ciclo biológico de Balaninus y Cydias y con ello disminuir sus poblaciones para la próxima campaña, se recomiendan unas medidas de manejo como son: aprovechar lo más rápido posible con el ganado las primeras bellotas caídas y no dejar en aquellas fincas con aprovechamiento de montaneras, cercas de reservas para la entrada del ganado hasta finales de octubre como suele ser habitual, sino aprovechar la bellota a partir de que se inicie su caída.

Los productos a emplear en la actualidad pueden ser: piretroides como cipermetrin; carbamatos u organofosforados como carbaril o malation y mezclas de ambos, que tienen sus días contados ya que van a desaparecer en el ámbito de la Unión Europea durante 2007 por imperativo del Registro Único Europeo, o inhibidores de quitina como diflubenzuron.

La aplicación puede ser en espolvoreo, si el tratamiento es terrestre o mediante: técnicas ULV (ultra bajo volumen) si fueran tratamientos aéreos.

Los tratamientos aéreos tienen la ventaja frente a los terrestres de un menor coste, entre 8 y 12 ? /ha. en el aéreo frente a 25-30?/ha. en el terrestre, además de poderse efectuar en superficies amplias en un corto espacio de tiempo, si las condiciones climatológicas son favorables.

No obstante, tienen inconvenientes desde el punto de vista medio-ambiental, por falta de precisión y problemas de deriva, que pueden provocar depósitos de productos en zonas no deseadas.

Por ello, en el seno de la Unión Europea están muy cuestionadas las aplicaciones aéreas y tienden a no autorizarse en la mayoría de los registros de productos fitosanitarios.

Esta tendencia puede perjudicar el adecuado control de plagas en nuestras dehesas, ya que las aplicaciones aéreas con productos autorizados y bien controladas, tienen claras ventajas respecto a las terrestres.

 

Discusión y conclusiones

El ataque por insectos carpófagos del conjunto Cydia-Balaninus del 36%, obtenido en el conjunto de los árboles observados, es alto y provoca pérdidas económicas valoradas entre 36 y 82 ?/ha. dependiendo del valor de la bellota y del porcentaje de rechazo del ganado a alimentarse de las dañadas.

La pérdida total de bellota como consecuencia del ataque de estos insectos, se sitúa en las condiciones del ensayo entre el 23 y 35%, suma de la pérdida directa del peso como consecuencia del ataque más la indirecta que sería la pérdida provocada por el rechazo del ganado a alimentarse de los frutos atacados.

Del total de frutos atacado el 63% es debido a Cydia y un 37% por Balaninus. Este dato representa una anormalidad, quizás debida a la particularidades locales de la zona, ya que según conteos de frutos realizados otras campañas por ATRIAS de Dehesa y el Servicio de Sanidad Vegetal, los ataques de Balaninus superan casi siempre a los Cydia.

En relación con el porcentaje de frutos atacados con respecto al total de caídos se observa que durante los meses de septiembre-octubre, supera el 80% y que el máximo está entre el 15 de septiembre y el 25 de noviembre, por encima del 90%.

A partir de noviembre baja sensiblemente debido a que se produce la caída fisiológica normal de bellota sana.

Los datos obtenidos nos indican que el ataque de carpófagos puede provocar importantes pérdidas económicas, que deben tenerse en cuenta para calcular el umbral a partir del cual estaría justificado realizar aplicaciones insecticidas. Dada la importancia del aprovechamiento de la bellota en régimen extensivo por ganado en la dehesa, y la cada vez mayor valoración de los productos del cerdo ibérico de calidad, se recomienda tomar las medidas oportunas, bien sea mediante el manejo del ganado en campo, completándolo con tratamientos fitosanitarios en casos justificados.

 

BIBLIOGRAFÍA

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