Sección: Con nombre propio
Su primera etapa como investigadora se inició en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dentro de lo que entonces se denominaba Instituto de Edafología. Una época formativa centrada en el inventario y taxonomía de nematodos de los cultivos. Prueba de esa actividad es la extraordinaria colección de especímenes conservados en el laboratorio del actual Centro de Ciencias Medioambientales (CSIC) de Madrid. Más tarde, los nematodos transmisores de virus en la vid ocuparon una parte importante de su quehacer científico. Esta importante aportación realizada en su etapa de mayor madurez le llevó a integrarse en un proyecto global sobre la búsqueda de alternativas al bromuro de metilo. La biofumigación fue, en los últimos catorce años, el centro de su dedicación investigadora.
La importante labor científica de la Doctora María Arias Delgado queda subrayadano sólo por esas 119 publicacionesentre artículos y libros, por suparticipación en 42 proyectos de investigación,o por esas 59 comunicacionesa congresos científicos nacionalesy 87 defendidas en congresos internacionales,así como la presidenciade sociedades científicas y congresosde ámbito internacional. No sólo esoavala su trayectoria científica. Ademásabría que añadir algo muy importanteque es difícil encontrar hoy en día, y queha ponderado su trayectoria y su huellapersonal: el sentido de equipo quesupo mantener durante toda su vida.
Su formación universitaria lo fue en farmacia, ¿cómo llego a especializarse en Nematología? ¿fue un amor a primera vista?
En la asignatura de Parasitología Animal se estudiaban los nematodos parásitos del hombre y animales domésticos, apenas había un reglón sobre los parásitos de plantas porque era una disciplina mucho más reciente. Fue de la mano del Profesor Jiménez Millán, mi director de tesis, como me inicié en una disciplina nueva en España, puesto que hasta entonces solamente existían los trabajos del Profesor Gadea, de la Universidad Central de Barcelona, sobre nematodos edáficos y dulceacuícolas. La verdad es que enseguida me entusiasmó el descubrir las diferentes estructuras que permitían diferenciar unos organismos tan pequeños que, a primera vista, parecían todos iguales.
En su primera etapa como investigadora del CSIC, dentro del Instituto de Edafología, describió un nuevo género y varias especies de nematodos, ¿cree que se le reconoció su labor investigadora en aquel momento?
Pienso que sí, incluso en el ámbito internacional, pero siempre en la medida de la importancia que tenía, pues hay que tener en cuenta que al ser una disciplina nueva en España, era muy fácil que aparecieran formas nuevas, lo demás es cuestión de suerte, ¡vamos, algo así como lo del burro flautista¡
¿Qué se siente él ponerle apellido a algunos nematodos?
La satisfacción de un trabajo realizado, la culminación de un esfuerzo.
Para mí la taxonomía nunca fue un fin sino un medio, era necesario conocer los patógenos a que nos enfrentábamos para intentar buscar soluciones.
A lo largo de todos estos años, y con su experiencia personal como punto de partida, ¿de qué forma ha vivido la incorporación de la mujer al mundo universitario y, concretamente, al de la investigación? ¿Cómo ha cambiado esa situación?
En aquellos tiempos, en determinados ambientes en que se consideraba que "la carrera de la mujer era el matrimonio", no era tan frecuente ni tan natural como lo es ahora el acceso de la mujer a la Universidad, incluso yo, de no haber sido afectada por la poliomielitis, posiblemente no hubiera llegado a ser universitaria. Sin embargo fueron muchas las universitarias de aquellos tiempos que se dedicaron a la investigación y existen en mi generación ejemplos de mujeres admirables que han alcanzaron altas cotas. En lo que a mí respecta nunca me sentí discriminada por el hecho de ser mujer, aunque tampoco pretendí privilegios por el hecho de serlo.
La tendencia actual de establecer tasas en muchos estamentos y el priorizar los proyectos de investigación en base a la participación de mujeres, me parece una discriminación absurda, a las personas se les debe seleccionar por sus capacidades y su calidad humana, nunca por su sexo o tendencia sexual. Me enorgullezco y me siento afortunada por haber tenido siempre buenos amigos y colegas que me han prestado su apoyo, ayuda y cariño incondicional.
Con la perspectiva que da el tiempo, ¿se podría decir que fueron duros sus comienzos? ¿Valió la pena el esfuerzo?
Todos los comienzos son duros, máxime cuando se pretende montar una línea nueva. Hubo que buscar bibliografía, montar los métodos de extracción, montaje y estudio de nematodos, buscar relaciones internacionales etc., se tenía que acudir al ingenio y la improvisación, pues los medios eran escasos.
Pero el romanticismo, el entusiasmo y el compañerismo lo allanaban todo, trabajábamos muchas horas pero éramos felices. En casa nunca lo entendieron.
Quiénes la conocen bien, o han trabajado a su lado, destacan de usted su actitud personal de valorar ante todo "al equipo", ¿qué recuerdos tiene de todas las personas a las que ha formado o han trabajado junto a usted codo con codo?
Como en todo, hay recuerdos buenos y malos. No sería agradecida sino recordara en primer lugar al Profesor Jiménez Millán, puesto que él guió los primeros pasos de la joven tímida que era en aquellos tiempos y fue quién me abrió las puertas del CSIC, pero mi gran suerte ha sido la haber podido trabajar de la mano de una de las cabezas más brillantes y almas más nobles que han pasado por el CSIC.
Pienso que he recorrido mi camino con dignidad, pero muchos de los logros alcanzados no hubieran sido posibles sin la guía y el apoyo del Profesor Antonio Bello, con quién me honra mantener una amistad incondicional. Juntos hemos defendido la idea de equipo, que muchas de las personas que se formaron con nosotros no entendieron, pues no hay que olvidar que el español es muy individualista y además para el trabajo en equipo se requiere una gran dosis de generosidad, que no se puede pedir a la gente joven que tiene que promocionarse.
También destacaría a muchas de las personas de apoyo que se esforzaron a nuestro lado en la sombra, como la querida Alicia, que tan pronto nos dejó, o nuestro manchego particular Casimiro, dos personas de alma noble, entre otros muchos que no cabe mencionar.
De aquellos tiempos tengo muy gratos recuerdos, había la solidaridad que ahora no es posible debido a la gran competitividad a que ha avocado el sistema.
De cualquier modo, y a pesar de mis muchos errores, omisiones y de algún que otro desencanto, volvería a repetirlo.
Repasando sus numerosas obras científicas y divulgativas da la impresión de que ha sabido aprovechar el tiempo, ¿podría decir que su trabajo le ha llenado de satisfacción todos estos años?
Siempre se pueden hacer más cosas y mejores, pero hice lo mejor que pude en los momentos que me tocó vivir y sin duda, unas veces con "gozos" y otras con "sombras", la investigación ha llenado mi vida. Ahora me llega el momento de las asignaturas pendientes.
En el mundo de la Nematología usted ha tocado muchos "palos", ¿con cuál se ha sentido más a gusto o realizada?
Quizás los estudios sobre la degeneración infecciosa de la vid, porque me permitió encontrar el sentido práctico de mis conocimientos de taxonomía, gracias a la valiosa colaboración del Dr. Fresno en quién confluyen sus conocimientos de virología y sobre todo del viñedo. Aunque los estudios sobre ecología y biodiversidad edáfica, así como el papel de los nematodos como indicadores del estado de conservación de los suelos me parecen fascinantes.
En su última etapa investigadora encabezó un proyecto europeo sobre la extensión del nematodo desfoliador de los pinos, ¿qué importancia fitosanitaria tiene este nematodo?
Podría tener mucha importancia, puesto que es un nematodo que ha devastado pinares en Japón y China y en determinados ambientes de la Península se dan las condiciones para que así ocurra, pero, a pesar de que existen en España sus insectos vectores, espero que no llegue a introducirse en nuestros pinares, en Setúbal lo tienen aislado, y en los numerosos muestreos realizados no lo hemos encontrado.
Durante más de 40 años ha visto como evolucionaba la agricultura española, ¿cómo la ve en la actualidad y cuál cree que es su futuro?
La agricultura ha pasado por muy diversos avatares a través de los tiempos. En el siglo pasado se tendió al productivismo a ultranza, se introdujeron los agroquímicos convirtiendo la agricultura en una fuente de contaminación ambiental y en un peligro para la salud, que culminó con la utilización del bromuro de metilo, un destructor de la capa de ozono, sin que con ello se acabara con el hambre en le Mundo. En estos momentos existen dos tendencias: la biotecnología y la ecología.
En mi opinión el futuro de la agricultura está en el restablecimiento y mantenimiento del equilibrio de los suelos agrícolas, a fin de conseguir una agricultura respetuosa con el ambiente.
Las tecnologías punteras de investigación pueden realizarse en cualquier lugar donde exista la infraestructura adecuada, pero las referentes a medioambiente y agricultura, deben realizarse "in situ", no son extrapolables. No hay que olvidar que la agricultura es un arte y debe aprovecharse el empirismo de los buenos agricultores en lugar de anularlos con falsas panaceas.
Con esta idea se creó el Departamento de Agroecología dentro del Centro de Ciencia Medioambientales, donde se realiza una investigación participativa.
Me preocupa enormemente el hecho de que en la actualidad este Departamento no se está potenciando debidamente dentro del CSIC y, en este sentido, me he permitido hacer unas reflexiones en una carta de despedida que envié al Presidente.
No quisiera terminar esta entrevista sin agradecer a Javier Tello, Concha Jordá y Antonio Bello, los amigos que me han hecho un panegírico, así como al equipo de PHYTOMA por hacerse eco de ello. Me ha llenado de satisfacción y me ha emocionado el cariño que me habéis demostrado, pero el mejor homenaje ha sido la palabra amable de cada día, el apoyo, el cariño y respeto de todos vosotros y de tantos otros amigos y colegas. ¡Muchas gracias a todos!