Sección: I+d en las empresas
Abstract: A partir de análisis de suelos de cultivos de plátano y tomate de la isla de Tenerife, se estudian los valores medios de los parámetros citados. En la primera parte del artículo (publicada en el nº 177 marzo 2006) nos centramos en la reactividad del suelo (pH), conductividad eléctrica, materia orgánica oxidable y fósforo soluble. Completamos en esta segunda parte los datos que quedaron pendientes de comentar, es decir, capacidad de intercambio catiónica (CIC), cationes de cambio asimilables (sodio, potasio, calcio y magnesio) y porcentaje de saturación en bases. Los datos resumidos corresponden a 83 muestras de tierra de la isla de Tenerife, tomadas en cultivos de plátano y tomate, en distintas condiciones agronómicas y variedades cultivadas.
Con el fin de evitar malas interpretaciones, o entrar en controversias nada prácticas, expondremos algunos conceptos tal y como los aplicamos cotidianamente a la interpretación de análisis de suelos con nuestros agricultores, y que nos permite el entendimiento mutuo, tan necesario cuando se habla de nutrición y química del suelo.
La carga negativa predominante de los coloides del suelo, produce la retención de cationes, reduciendo su pérdida por lixiviación, proceso conocido como adsorción de cationes. Esto es válido para iones alcalinos y alcalinotérreos, como el Na+, K+, Ca2+ y Mg2+. Estos iones que permanecen adsorbidos en las partículas coloidales, pueden intercambiarse por otros de la disolución del suelo, y por ello se denominan cationes intercambiables (llamados también asimilables, al poder ser captados por los vegetales) y al proceso de cambio de un catión por otro, intercambio catiónico. Por tanto, por extensión, capacidad de intercambio catiónica (CIC) es la capacidad de un suelo para adsorber e intercambiar cationes (DOMÉNECH, 1997).
La CIC de un suelo es de vital importancia para mantener el suministro de nutrientes a las plantas, siendo una auténtica despensa o reservorio de los mismos, y bajo ninguna circunstancia se asume como CIC la suma de los cationes intercambiables.
A su vez entendemos el porcentaje de saturación en bases como la relación porcentual de la suma de los cationes intercambiables y la CIC, ciñéndonos, en procesos agrícolas, a los cationes Na+, K+, Ca2+ y Mg2+ (PORTA et al, 1993).
Material y métodos
Procesado de muestras
Como en la primera parte, para su determinación, se han seguido los métodos oficiales de análisis para suelos (MAPA, 1984) indicados en la Tabla 1.
Todos ellos se encuentran dentro del alcance del sistema de calidad implantado en Foragro Iris, según norma UNE-EN-ISO 9001:2000, desde el año 2002.
El instrumental empleado para la realización de los análisis pertenece en su totalidad al laboratorio de Foragro Iris.
Resultados obtenidos
Señalamos algunas de las conclusiones derivadas de los parámetros evaluados. Se indica, para cada uno, el valor máximo, el mínimo, la media y la desviación estándar (SD), así como ciertas agrupaciones con el fin de entender mejor su distribución.
Fertilidad/sobrefertilización
Partiendo de la base de que la máxima cantidad teórica de nutrientes que un suelo puede albergar, se corresponde con el valor de su capacidad de intercambio catiónico (CIC), asumimos que un suelo está sobrefertilizado (es decir, que tiene exceso de fertilizantes en su complejo de cambio), cuando la suma de cationes asimilables (sodio, potasio, calcio y magnesio) supera en más de un 10% el valor de la CIC. Consideramos ese 10% de margen para incorporar la variabilidad de toma de muestras, incertidumbres de técnicas, etc.
En condiciones normales (no sobrefertilización) los cationes se analizan por su relación porcentual con respecto a la CIC. Pero cuando se da el fenómeno de sobrefertilización, hecho bastante usual en las muestras analizadas, nos ha resultado muy útil hacer la interpretación de los cationes atendiendo a su estudio porcentual con respecto a la suma total de todos ellos, y no a la CIC.
Ello nos permite estimar la relación y equilibrios entre cationes de forma más eficaz que si se hace con respecto a la CIC en esas circunstancias de sobrefertilización, pues de cara a las enmiendas posteriores, es importante saber si junto con una sobrefertilización debe corregirse también un desequilibrio entre nutrientes.
Esta aproximación ha resultado ser una herramienta de trabajo, sencilla, cómoda de visualizar y de utilizar e intuitiva para los agricultores.
La situación encontrada en nuestras muestras se puede apreciar en la Tabla 2.
Vemos como aproximadamente la mitad de las muestras tiene un porcentaje de saturación en bases mayor que la CIC, y que indica que se están aportando nutrientes en exceso. Además, podemos observar que la media es de sobrefertilización, con algunos valores realmente preocupantes.
Los problemas que ello plantea, principalmente, son económicos (se pierde un nutriente que el suelo no puede almacenar), aumentar riesgos de antagonismos (y por lo tanto, deficiencias inducidas) y aumenta la posibilidad de fitotoxicidad.
Capacidad de intercambio catiónica (CIC)
En la Tabla 3, se muestra un resumen de su situación. A tenor de las recomendaciones que habitualmente se siguen para nuestros cultivos, consideramos a los suelos estudiados de buena o muy buena fertilidad, entendiendo como tal que sea superior a 25 meq/100 g, pues los tres grupos que superan dicho valor, representan casi el 90% de las muestras. Tan solo 9 muestras se encuentran por debajo de valores recomendados para estos cultivos.
Por lo tanto, la fertilidad de los suelos de estos cultivos, no es un aspecto preocupante, y por lo tanto limitante, para su correcto desarrollo.
Por otro lado, permite un mejor manejo agronómico de los mismos, pudiendo amortiguar posibles desajustes de nutrientes que puedan producirse en el cultivo de una manera más eficaz que otro tipo de suelos.
Cationes asimilables
Hemos considerado a los cationes sodio, potasio, calcio y magnesio como los cationes de cambio o asimilables, pues en suelos agrícolas son los más frecuentes (aun cuando hemos detectado en varias muestras problemas de sobrefertilización en los que el ion amonio (NH4+) era muy abundante, y que será tratado en otra ocasión).
En la Tabla 4, señalamos los valores óptimos para cada catión cambiable según Mascarell (1989).
Magnesio cambiable (Mg++)
Señalamos las características principales en la Tabla 5.
Como puede observarse, este catión, en condiciones normales, casi un 60% de las muestras están en un rango óptimo, algo menos del 10% es inferior y más del 30% lo tienen en exceso. Sin embargo, no llegan al 40% las muestras sobrefertilizadas que tienen este elemento dentro del equilibrio estimado como óptimo con respecto al resto de cationes, llamando la atención que un 46% de las muestras está por encima de los valores máximos considerados.
Es frecuente oír el comentario entre técnicos y agricultores que el magnesio en nuestros suelos no es un problema debido a los altos contenidos que las aguas de riego presentan del mismo. Sin embargo, ese casi 10% de muestras que presentan valores por debajo del rango óptimo, hace pensar que no siempre ocurre así.
Potasio cambiable (K+)
Señalamos las características principales en la Tabla 6.
Aunque las medias no difieren en demasía, vemos que en condiciones normales, algo más del 75% de las muestras se encuentran dentro del rango óptimo (frente a un 51% en muestras sobrefertilizadas) mientras que se invierte cuando el equilibrio se rompe al alza: un 34% en sobrefertilizadas frente a un 14%.
Calcio cambiable (Ca++)
En la Tabla 7 se señalan las características principales.
Al contrario de lo que ocurre con los cationes comentados hasta ahora, observamos que en condiciones normales, algo más del 70% de las muestras están por debajo del rango óptimo, ninguna está por encima, y apenas un 29% si se encuentra en dicho rango. Sin embargo, en muestras sobrefertilizadas, un 12% de las muestras superan el rango óptimo, y no llegan al 54% las que están por debajo. Un 34% se encuentran en el rango.
Sodio asimilable (Na+)
Hemos querido dejar para el final el catión más conflictivo, por los problemas agrícolas que puede producir si supera determinados valores. Se utiliza para clasificar un suelo como "sódico" cuando su porcentaje presenta valores superiores al 15%.
Podemos observar que ofrece un comportamiento muy similar en ambos tipos de muestras. Las medias son similares, y están muy cercanas al valor a partir del cual se consideran como suelos sodificados. En ambos tipos de muestras, algo más del 85% de las muestras presentan un porcentaje superior al 5%, pudiendo considerarse uno de los principales problemas de los suelos de estos cultivos. Este problema se agrava por la circunstancia de que, además, casi un 22% de los suelos normales, y casi un 30% de los sobrefertilizados están sodificados, haciendo en este último caso, que las enmiendas sean muy difíciles y trabajosas de llevar a cabo.
Resumen de resultados
En la Tabla 9 se expone un resumen de todos los parámetros analizados en los dos artículos, y que refleja la situación de las muestras procesadas en nuestro laboratorio de cultivos de plátano y tomate en la zona sur de Tenerife.
BIBLIOGRAFÍA
HERNÁNDEZ J.M., MASCARELL J., DUARTE S., PÉREZ A., SANTANA J. L. Y SOCORRO A. R.; 1980: Seminario sobre interpretación de análisis de suelos, aguas y plantas. Centro Regional de Investigaciones y Desarrollo Agrario de Canarias. Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias. Ministerio de Agricultura.
MAPA, 1984: Métodos oficiales de análisis. Tomo III. Secretaría General Técnica. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
MASCARELL J., DÍAZ A., DÍAZ M., 1989: Muestreo de suelos, aguas y foliares con fines agrícolas. Secretaría General Técnica. Consejería de Agricultura y Pesca. Gobierno de Canarias.
PÉREZ C. (Coord.); 1998: Curso básico de interpretación de análisis de suelos. Apuntes del curso. Foragro Iris, S.L.L.
DOMÉNECH X. 1997: Química del suelo. El impacto de los contaminantes. Miraguano, S.A. Ediciones.
PORTA J., LÓPEZ?ACEVEDO M. Y ROQUERO C. 1993: Edafología para la agricultura y el medio ambiente. Ediciones Mundi ? Prensa.