Es un hecho que nadie discute, el que la productividad agraria alcanzada en los últimos tiempos tiene uno de sus pilares en la protección de cultivos; y ésta a su vez tiene como uno de sus componentes el estudio y control de las malas hierbas (de los mas importantes desde el punto de vista comercial). Según los últimos datos aportados por la Asociación Empresarial para la Protección de Plantas (AEPLA), en su memoria del año 2004, la cuota de mercado de los herbicidas en España, representó el 34% del total de ventas de agroquímicos.
El hecho de que en los cultivos siempre han de existir otras especies que compiten con ellos, podríamos considerarlo desde un punto antrópico como una maldición divina, de hecho así se refleja en la Biblia. Desde los inicios de la agricultura el hombre ha debido luchar contra las malas hierbas que competían con el cultivo y disminuían los rendimientos. Para no usar aquellas citas recurriremos a otras referencias, como en el libro "De Cultu Hortorum" (El cultivo del huerto) escrito por L.J.M. Columela, nacido en Cádiz y ciudadano romano, en el siglo I de nuestra era, donde dice: "... irrigue el activo hortelano con módicaslluvias las plantas novicias y peine su azada bidente los surcos y de ellos layerba asfixiante extermine ...."; y una segunda cita sobre lo profundo que está el concepto en la idiosincrasia del hombre la tenemos en Fernández de Oviedo (Sumario de la Historia Natural de las Indias) que al describir como se realizaba el cultivo del maíz en América dice: "... pero así como va naciendo tienen cuidadoen lo desherbar, ...".
Desde el punto de vista ecológico la presencia de malas hierbas en los cultivos es una consecuencia de la actuación del hombre y por tanto como respuesta de la Naturaleza a la misma, es algo con lo que hay que contar siempre.
A pesar de la antigüedad del concepto, y desde el punto de vista de la protección de cultivos podría parecer que las malas hierbas por estar siempre presentes son "ampliamente" conocidas en el ámbito productor, a diferencia de plagas y enfermedades que tienen un cierto componente críptico y difícilmente controlable por una persona no versada en el tema. En gran parte es cierto, pero la realidad es que hoy día en nuestros cultivos siguen apareciendo nuevas especies como consecuencia de nuestra actividad, que van obligando a cambiar estrategias y planteamientos.
Según Altieri y Liebman (1988), para alcanzar un buen programa de manejo de las malas hierbas se deben seguir un proceso que consta de 10 pasos:
1º Observar las poblaciones de semillas y plantas.
2º Identificar la/s especies de malas hierbas problemáticas y su densidad.
3º Estudiar los métodos actuales del agricultor.
4º Evaluar la/s especies dominantes y sus interaciones.
5º Predecir la población de malas hierbas y sus derivas.
6º Decidir si se debe hacer control.
7º Elegir la tecnología de control compatible con el sistema.
8º Considerar las necesidades del agricultor y sus recursos.
9º Integrar las medidas de control de malas hierbas y otras medidas de protección de cultivos.
10º Evaluar a largo plazo los impactos social, económico y medio-ambiental.
Como sabemos, entre los factores que afectan a la intensidad de la interacción cultivo-malas hierbas y entre los que dependen de la población de éstas últimas, uno de los fundamentales es la composición de especies (así como la densidad y distribución de las mismas). Por ello a la hora de realizar un programa de manejo de malas hierbas es imprescindible el conocimiento exacto de la composición de la población de malas hierbas; primero en cuanto a su correcta identificación y posteriormente el de su biología y ecología.
Los agroecosistemas son dinámicos y están influenciados por las técnicas de cultivo y de manejo del suelo (laboreo convencional vs. no laboreo; herbicidas; cambio en las condiciones del riego; etc.). En cada momento se utilizan las que se suponen más eficaces para el control de la mayoría de las especies arvenses dominantes dentro de los cultivos. Ahora bien como consecuencia de la repetición o como consecuencia de las condiciones que se generan con los cambios en las técnicas empleadas, existen resquicios por los que "otras especies" se pueden escapar y prosperan, pudiéndose llegar a que la población cambie su composición original, lo que se denomina como inversión de flora.
Esta inversión puede ser realmente un cambio en la flora, en la que especies de las que no se tenía constancia, o su importancia era considerada como menor hasta un determinado momento; a partir del mismo se hacen dominantes generando una problemática diferente a la anterior. No sólo debemos pensar en que esta inversión sea en base a especies distintas, sino que también pueden ser biotipos diferentes (resistentes), que se adaptan mejor a las nuevas condiciones impuestas por la técnica de cultivo.
Una característica de nuestro tiempo es el aumento de la movilidad humana y de las relaciones comerciales cada día más intensas, consecuencia del proceso de globalización y que están produciendo una serie de invasiones biológicas con importantes repercusiones a distintos niveles. Como resultado se está dando lugar no sólo a la introducción de nuevas especies por su interés real o potencial (como cultivo, forraje, ornamental, etc.), sino que también se introducen otras de forma involuntaria acompañando a las anteriores. Asimismo puede ocurrir que alguna que inicialmente fuera objeto de interés se "escape" de cultivo, se naturalice e inicie su dispersión, pasando a introducirse ya sea en la flora que compite con los cultivos o incluso de las que en la actualidad se denominan malas hierbas medio ambientales (environmental weeds).
Valga el siguiente listado como una pequeña reseña de algunas especies que se han introducido en algunos cultivos recientemente y que presentan una grave problemática:
- Leptochloa uninervia (C. Presl.) A. Hitchc. & Chase
- Leptochloa fascicularis (Lam.) A. Gray
- Heteranthera reniformis Ruiz & Pavón
- Heteranthera limosa (Sw.) Willd.
- Heternthera rotundifolia (Kunth) Griseb
- Sagitaria montevidensis Cham. & Schldl.
- Amsinckia lycopsioides (Lehm) Lehm
- Amsinckia calicina (Moris) Chater
- Solanum physalifolium Rusby
- Sycios angulatus L. ( es una de las especies más recientemente detectadas como nueva mala hierba en España, en Gerona (FABREGAS et al. 1996).
En 2004 ya hay 5 campos de maíz afectados en Lérida (TABERNER Y SANS, 2005)).
¿Cuál puede ser la velocidad de dispersión de estas especies? Va a depender de nuestras actuaciones, pero pongamos un ejemplo: una especie ya tan importante a nivel mundial como es Abutilon teophrasti Medic., fue introducida en España hará unos 35 años aproximadamente y hoy está ampliamente distribuida por toda la Península Ibérica.
¿Cómo nos han llegado? Parece ser que como compañeras indeseables en algunas ocasiones de las especies cultivadas, y normalmente de forma no detectable.
Una vez se han adaptado a las nuevas condiciones han sido capaces de reproducirse, mantenerse y generar nuevas poblaciones gracias a la intervención del hombre o incluso a pesar de la misma, a distancia de las primigenias.
¿Únicamente las especies introducidas han sido especies catalogables como malas hierbas de cultivos?, la respuesta es claramente no, ya que hay especies introducidas voluntariamente por el hombre (por sus fines ornamental, forrajero, medio ambiental o medicinal) y que por distintos motivos han saltado las barreras de los cultivos y se han naturalizado. Algunas de ellas se han introducido en áreas en las están generando problemas de conservación y manejo de la vegetación natural. Son las que en la actualidad se denominan como malas hierbas medio ambientales (también se da en llamarlas invasoras, pero también hay invasoras autóctonas y las invasoras también entran en los cultivos).
En la actualidad hay ya en marcha programas de control y erradicación de especies exóticas e invasoras en diversas partes de España. Citaremos algunos ejemplos, entre otros muchos:
Carpobrotus spp.- Especie originaria de Sudáfrica. Vulgarmente conocida como "uña de gato" es una especie perenne, postrada, crasa, con grandes flores solitarias generalmente rosa-púrpura, amarillas, muy vistosas. Se introdujo por su interés ornamental y para control de erosión en taludes y restauración de espacios. En la actualidad está ampliamente distribuida por todo el litoral peninsular y en Baleares, introduciéndose en áreas de alto valor biológico.
En la actualidad hay programas de erradicación de dicha especie en algunas de esas zonas.
Cortaderia selloana (Schultes et Schultes fil.) Asch.- Especie originaria de América del Sur, denominada "plumeros". Gramínea perenne formadora de grandes macollas; con hojas largas y acintadas; y grandes inflorescencias, con panículas de blancas a rosadas, sobre cañas más altas que las hojas.
Las flores femeninas con largos pelos. Cultivada como ornamental y en márgenes de carreteras. En la actualidad genera problemas en algunas zonas del Norte de la Península Ibérica y litoral mediterráneo
Ailanthus altíssima (Mill.) Swingle. Especie originaria del Este de Asia. Conocido como "árbol del cielo". Constituye una de las especies invasoras más agresivas del Mediterráneo. Árbol dioico, caducifolio, de hasta 20 m de altura. Hojas compuestas, pinnadas, con 13-25 folíolos de oblongos a lanceolados.
Flores de color blanco-amarillento dispuestas en panículas. Las flores masculinas al parecer huelen mal, por lo que se suelen cultivar los pies femeninos.
Frutos en grandes racimos colgantes. Son de color rojizo, alados (sámaras).
En la actualidad hay programas multinacionales de control de la especie en la cuenca del Mediterráneo.
Esta situación no es ni excepcional ni única para España, sino que es un problema a escala mundial. Pongamos sólo un dato de unas condiciones muy concretas pero espectaculares: La flora de Nueva Zelanda está constituida por unas 2.200 especies nativas (aproximadamente la mitad), la mayoría endémicas, y por otras 2.200 naturalizadas de entre las 28.000 especies vegetales introducidas y 500 de ellas son malas hierbas. Se naturalizan al año una media de 14 especies, no hay nuevas malas hierbas agrícolas en 10 años, pero hay 2 nuevas malas hierbas desde el punto de vista medio ambiental cada año, siendo muy pocas de introducción accidental (WILLIAMS, 2002).
La malherbología y con ello su componente botánico no debiera limitarse a lo hasta aquí ya comentado, que no es poco, sino que dentro de la protección de cultivos, si la contemplamos en un sentido global, esta íntimamente relacionada e integrada con las otras áreas de la protección vegetal. No podemos olvidar que las malas hierbas pueden ser también hospedantes de plagas y enfermedades (aspecto importante desde el punto de vista epidemiológico), así como por el contrario nidos de elementos beneficiosos, y por ende su manejo puede tener una importante incidencia en el control de plagas y enfermedades.
Por último, y como conclusión, queremos incidir en que es precisa la correcta identificación de las especies que componen las poblaciones de lo que se denominan malas hierbas (con adjetivos adicionales o no) como el primer paso fundamental para conocer su biología y ecología para posibilitar el mejor manejo posible de las mismas (incluyendo su control y/o erradicación). Una identificación no correcta conducirá a una toma de decisiones inadecuada y a unos resultados erróneos y no satisfactorios.
BIBLIOGRAFÍA
ALTIERI M.A., LIEBMAN M. (1988). Weed management in agroecosystems: Ecological approaches. Boca Raton: CRC Press.
COLUMELA, L.J.M. (1975) . De Cultu hortorum. Edit. Ediciones de arte y bibliofília para Unión Explosivos Rio Tinto, S.A. Madrid.
FERNÁNDEZ DE OVIEDO, G. (1986). Sumario de la Historia Natural de las Indias. Ed. Manuel Ballesteros. Crónicas de América 21. Historia 16. Madrid.
FÀBREGAS E., VILAR L. & FONT J. (1996). Sicyos angulatus L. al Gironès In: Notes breus (Flora). Butll. Inst. Catalana Hist. Nat. 64: 77.
TABERNER, A. & SANS, M. (2005) Procedimiento de erradicación de Sycios angulatus. XXV Reunión del Grupo de trabajo de Malas Hierbas y Herbicidas. 24OC-28OC. Madrid.
WILLIAMS, P.A. (2002): Legislation and weed-risk assessment in New Zeland. FAO Expert consultation on weed risk assesment. Madrid.