En la búsqueda de estrategias sostenibles frente a las enfermedades del almendro ocasionadas por hongos de la familia Botryosphaeriaceae, el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA) ha identificado una bacteria con potencial como agente de control biológico. Este trabajo se ha publicado recientemente en la revista Phytoma.

Hay una gran diversidad de hongos asociados al decaimiento del almendro, la mayoría pertenecientes a la familia Botryosphaeriaceae, que consta de alrededor de 24 géneros y más de 280 especies, de las que 21 se han detectado en este cultivo. En Andalucía, Botryosphaeria dothidea es la especie prevalente, mientras que Neofusicoccum spp. es la más agresiva a nivel mundial. Actualmente, el control químico es el más utilizado contra esta enfermedad. El tiofanato de metilo reduce significativamente la infección cuando se aplica a heridas de poda frescas. Sin embargo, la progresiva prohibición de la comercialización y uso de fungicidas de síntesis ha propiciado la búsqueda de alternativas de control más sostenibles, entre las que destaca el uso de agentes de control biológico.

Un grupo de investigación del Centro IFAPA Las Torres (Alcalá del Río, Sevilla) ha evaluado dos colecciones bacterianas (rizosféricas y endófitas) con potencial actividad antagonista frente a hongos de esta familia. De las cepas seleccionadas, Pseudomonas aeruginosa AC17, aislada de la rizosfera de plantas de arándano, fue capaz de inhibir en los ensayos in vitro cerca del 100% el crecimiento miceliar de cuatro especies de Botryosphaeriaceae aisladas de almendros enfermos en Andalucía: B. dothidea, Neofusicoccum parvum, Diplodia seriata y Macrophomina phaseolina.

Para evaluar el antagonismo de estas cepas bacterianas en la planta, en primer lugar, se coinocularon varetas escindidas de almendro con cuatro cepas bacterianas y los dos hongos patógenos más agresivos a nivel regional y mundial (B. dothidea y N. parvum, respectivamente). Dos semanas después de la inoculación se observó la longitud de las lesiones causadas por los hongos y se calculó la disminución de los daños con respecto al control por el efecto antagonista de las bacterias: las cepas rizosféricas P. aeruginosa AC17 y Bacillus velezensis ACH16 redujeron significativamente la longitud de las lesiones, mientras que las otras dos cepas, bacterias endófitas, fueron menos eficaces.

Además, la eficacia de las cepas bacterianas también se comparó en ensayos de invernadero con la de dos productos comerciales: un hongo (Trichoderma harzianum) y un fungicida formulado con boscalida 26,7% y piraclostrobin 6,7%. AC17 redujo también la gravedad de los síntomas de forma similar a los tratamientos con el agente de control biológico y el fungicida químico. Las cepas bacterianas restantes, que exhibieron buenos resultados in vitro y en varetas escindidas, mostraron resultados inconsistentes en estos ensayos.

Pseudomonas aeruginosa AC17 fue capaz de inhibir en los ensayos in vitro cerca del 100% el crecimiento miceliar de cuatro especies de Botryosphaeriaceae aisladas de almendros enfermos en Andalucía

“Las especies de Pseudomonas han sido ampliamente estudiadas por su potencial como agentes de control biológico. Se caracterizan porque producen antibióticos, inducen la promoción del crecimiento de las plantas y la resistencia sistémica en sus huéspedes. Además, crecen a altas densidades en medios sintéticos y son fáciles de manejar, características deseables para una formulación sencilla del producto”, explican las investigadoras Laura Romero-Cuadrado, Ana Aguado, María Camacho y Nieves Capote, autoras de este trabajo que presenta la cepa AC17 de P. aeruginosa como un prometedor agente biológico para el control sostenible de las enfermedades ocasionadas por Botryosphaeriaceae en almendro. “Su potencial para el control de enfermedades de la madera en otros cultivos, como el arándano, el aguacate y la vid, debe ser explorado. El uso de esta cepa permitirá evitar o reducir el uso de fumigantes químicos dentro de un manejo integrado o ecológico de las enfermedades de la madera en el almendro”, subrayan.

Los síntomas de las enfermedades de madera ocasionadas por hongos de familia Botryosphaeriaceae consisten en chancros, en tronco y ramas, abundante gomosis, necrosis de tejidos internos y decaimiento y muerte ocasional de la planta. Entre las estrategias de control más efectivas se encuentran las medidas preventivas, como la certificación del material vegetal de vivero libre de estos hongos, para evitar su introducción y posterior expansión en los campos de cultivo. Entre las medidas de control culturales, resulta esencial el control de la poda, ya que si se realiza de manera inadecuada fuera del período de latencia de la planta (otoño e invierno), aumenta la colonización por Botryosphaeriaceae. Otras buenas prácticas incluyen la eliminación de tejidos infectados de la planta, la retirada de los restos de poda, una buena gestión del riego, así como la desinfección de las herramientas de poda.