Las humedades altas pueden presentar algún riesgo para el cultivo, en este caso para los frutos más próximos al suelo en las parcelas sin recolectar, que pueden verse afectados por la podredumbre o aguado, quedando inútiles para su comercialización. Para evitar el problema puede ser útil la realización de tratamientos fungicidas específicos.
Dirigidos principalmente a las faldas y zonas bajas de los árboles, para proteger los frutos allí ubicados. En todos los casos hay que tener siempre en cuenta el plazo de seguridad del producto aplicado y la fecha prevista de corte para evitar la presencia de residuos en los frutos.
Otra medida a adoptar para prevenir tales daños, es no recolectar fruta mojada, ya que la presencia de agua en la superficie del fruto, una vez en su caja y unido al aumento de las temperaturas que se produce durante el día, puede favorecer la proliferación del hongo y la aparición de daños más adelante, en el periodo entre la recolección y el procesado de la fruta. Incluso los síntomas podrían aparecer durante su comercialización.