La división agrícola de BASF a nivel mundial invirtió el año pasado 840 millones de dólares en investigación y desarrollo (I+D), lo que representa un 11% de las ventas. En 2021, la compañía seguirá incrementando la inversión en innovaciones agrícolas que ayuden a superar los retos ambientales y climatológicos y que, además, respondan a la demanda de los consumidores de alimentos producidos de forma más sostenible.
Gracias a los lanzamientos previstos en los próximos diez años, BASF espera incrementar anualmente un 7% las ventas de las soluciones agrícolas. Hasta 2030, pondrá en marcha más de treinta proyectos de I+D que se añadirán a la actual oferta de semillas, productos para la protección de cultivos y servicios digitales. La empresa estima que estas innovaciones tendrán un impacto en las ventas de más de 7.500 millones de dólares. “BASF es líder en ofrecer al mercado soluciones para una agricultura sostenible. Además de desarrollar innovaciones, ofrecemos un porfolio integrado que combina productos eficaces, nuevas tecnologías y servicios adaptados a las necesidades de los clientes y sus diferentes sistemas de cultivo en todo el mundo”, comenta Vincent Gros, presidente de la División de Soluciones Agrícolas de BASF.
Además de los objetivos de ventas, la división se compromete a ayudar a los agricultores a reducir en un 30% las emisiones de CO2 por tonelada de cultivo producida y a emplear soluciones digitales en más de 400 millones de hectáreas de tierras agrícolas hasta 2030. “La sostenibilidad está arraigada en todo nuestro proceso de I+D y es nuestro principio guía a la hora de desarrollar nuestras innovaciones, que ayuden a los agricultores a producir más y mejor, al mismo tiempo que preservamos los recursos naturales”, añade Gros.
Para lograr un incremento del 50% de la productividad en 2050 y poder alimentar a 9.700 millones de personas, BASF promueve tecnologías digitales que permitirán a los agricultores obtener mejores rendimientos en las tierras cultivables existentes, al tiempo que apoya la conservación de la biodiversidad. En noviembre de 2020, BASF y Bosch firmaron una joint venture para distribuir y vender conjuntamente soluciones digitales para la agricultura. Gracias a la creación de esta nueva empresa mixta, está previsto lanzar este año la solución Smart Spraying (soluciones inteligentes para la fumigación ), una vez se obtenga la aprobación de las autoridades competentes antimonopolio. Estas nuevas tecnologías reconocen las malas hierbas en el campo y permiten una aplicación de precisión de los herbicidas, lo que maximiza la productividad de la tierra cultivada y reduce el impacto medioambiental, disminuyendo el volumen de herbicidas aplicados.
Además, el modelo de negocio basado en los resultados xarvio ® HEALTHY FIELDS proporciona a los agricultores una estrategia personalizada para la protección de su cultivo, específicamente diseñada para su campo y momento de la campaña, permitiéndole así alcanzar los objetivos de producción marcados. La oferta integrada de BASF llega incluso al desarrollo de traits (características genéticas) resistentes a los herbicidas y productos para la protección química de los cultivos diseñados específicamente para ellos. Combinados con soluciones que controlan las malezas antes de que emerjan, estos productos permiten la siembra directa (sin labranza), lo que lleva a una menor liberación de CO2 del suelo, reduce la erosión del mismo y promueve el crecimiento del humus.
Para seguir enfocando el porfolio hacia soluciones cada vez más sostenibles, en los primeros estadios del proceso de I+D BASF aplica el Sustainable Solution Steering , un método único en el sector y que se audita por parte de organismos externos a la compañía. “La manera en la que enfocamos nuestro I+D ha cambiado radicalmente en las últimas dos décadas. Estamos consiguiendo innovaciones sostenibles teniendo en cuenta las necesidades futuras tanto de los agricultores, como de la sociedad y del medioambiente,” comenta Peter Eckes, Presidente del Departamento de Investigación Científica en BASF.
El porfolio de insecticidas de la compañía es un ejemplo de este método: ofrece soluciones que incrementan la productividad agrícola y reducen el impacto ambiental, creando valor adicional para la sociedad. La materia activa desarrollada por BASF Axalion™, pendiente de registro, es la última innovación insecticida de este tipo. Otros ejemplos dentro del porfolio de BASF son los productos a base de Inscalis®, lanzados recientemente en América del Norte, América del Sur y Asia, y diseñados sobre las necesidades específicas de cada región.
Por último, las nuevas variedades de semillas de BASF ayudan a los agricultores a producir alimentos suficientes y asequibles respetando el medioambiente. Por ejemplo, las últimas variedades de semillas de espinacas de la compañía son resistentes al mildiu, una de las enfermedades fúngicas más dañinas. Estas semillas permiten evitar la pérdida de la cosecha, se pueden emplear en cualquier momento de la campaña y representan un volumen de mercado significativo en el segmento de las espinacas orgánicas frescas. Estas características brindan un valor añadido a los agricultores, procesadores, distribuidores/puntos de ventas y consumidores. Además, BASF invierte en sistemas de cultivo de interior, como la lechuga de producción hidropónica, que necesitan menor tierra y agua con respecto al tradicional cultivo al aire libre y requieren un menor empleo de productos convencionales para la protección del cultivo. La tecnología de interior permite cultivar la lechuga independientemente de la localización geográfica, de manera que puede ser producida cerca del consumidor, lo cual reduce el transporte de largas distancias y las emisiones asociadas.