Koppert ha destacado Trianum como opción más eficaz para comenzar la campaña con un cultivo fuerte y un suelo sano tras la desinfección. Se trata de un fungicida biológico que garantiza la máxima protección contra los patógenos del suelo que debe aplicarse por primera vez en la plántula del semillero, y posteriormente realizar una segunda aplicación en el momento del trasplante.
La clave de Trianum es la cepa T-22 de Trichoderma harzianum, patentada por Koppert y una de las pocas cepas de Trichoderma con registro europeo para su venta y con autorización para su uso en agricultura ecológica. A diferencia de otras cepas comerciales, la T-22 tiene el mayor rango de temperatura en suelo por permanecer activa entre los 8 y los 30 grados. Es en ese intervalo cuando germinan sus esporas y la T-22 despliega toda su acción protectora frente a patógenos.
Este hongo beneficioso ejerce una doble función. Actúa como escudo protector frente a patógenos y previene enfermedades fúngicas de raíz, como Fusarium, Sclerotinia, Rhizoctonia, Phytium y nematodos. Además, actúa como promotor de crecimiento, ya que incrementa la producción de raíces secundarias y produce un mayor crecimiento radicular. La agresividad natural de esta cepa hace que en un tiempo récord colonice el sistema radicular de la planta, protegiendo las raíces y destruyendo a los patógenos al mismo tiempo que la cepa se expande, aumentando y prolongando en el tiempo los beneficios de este hongo que es a su vez un eficaz fungicida y un valioso protector biológico de las plantas.