Harmoniz está desarrollando un amplio portfolio de variedades de tomate que destacan por su alta calidad gustativa y colores atractivos para el consumidor, cualidades que combinan con una buena producción y resistencia intermedia (IR) al virus del rugoso (ToBRFV), uno de los principales problemas fitosanitarios de este cultivo.
La compañía disponer, por ejemplo, del cherry pera amarillo Sunnyplum* (TT-826) y el cherry pera naranja Honeyplum* (TT-764), que serán comerciales la próxima campaña 2024-2025. Ambas variedades se suman a otras, como el cherry pera naranja Cantando, el cherry pera chocolate TT-768 y el cherry pera rojo Dormaplum; los dos últimos, con resistencia alta (HR) al virus del rugoso.
La empresa celebra que hace cuatro años irrumpió en el mercado Dulcimor, su tomate cocktail. En este tiempo, ha logrado abrirse un importante hueco entre productores y comercializadores, además de ser muy bien acogido por la gran distribución. “Con Dulcimor aportamos un plus de sabor y grados Brix en un mercado que lo echaba de menos”, afirma María José Flores, Area Manager Levante de Harmoniz Ibérica, quien apunta, por un lado, a su “calidad organoléptica” y, por otro, a su “buen comportamiento agronómico” como dos aspectos claves de su éxito.
La primera le ha permitido entrar en los lineales de la gran distribución europea como una referencia en sabor y calidad de fruto en el segmento cocktail, mientras que el segundo lo ha hecho merecedor de la confianza de productores y comercializadores.
Dulcimor es una variedad precoz, que hace buenos cuajes con frío y calor, ofreciendo una producción estable todo el ciclo. Su planta es abierta y no muy vegetativa, lo que reduce el riesgo de enfermedades fúngicas y, además, facilita la aplicación de tratamientos. Además, su entrenudo medio-corto contribuye a reducir el coste en mano de obra para la recolección, ya que “es menor el número de veces que hay que descolgar las perchas”.
Por todo ello, Flores afirma que es una variedad “adaptada a su cultivo en invernaderos tradicionales de nuestra zona”; sin embargo, en calidad de fruto y sabor, “es similar a un tomate cultivado en invernaderos de alta tecnología”.
Pero Dulcimor no solo satisface las necesidades de los productores, sino también de comercializadores y gran distribución. De este modo, su producción homogénea durante todo el ciclo, con un calibre uniforme y sostenido y ramos muy homogéneos, garantiza la disponibilidad de producto. Mientras que, gracias a su ausencia de rajado y buena poscosecha, reduce el porcentaje de destrío a la mínima expresión.
El supermercado, por su parte, puede poner en su lineal un producto que ofrece un plus de sabor que le permitirá diferenciar su oferta, logrando la repetición de compra por partes de sus consumidores. “En sus cuatro años comerciales, Dulcimor ha crecido en el campo”, afirma Flores, quien apunta a su calidad como una de sus grandes bazas y que le ha permitido entrar en la lista de variedades recomendadas de las grandes cadenas europeas.