Para garantizar el respeto al medioambiente y la búsqueda de una protección equilibrada que conjugue tratamientos eficaces con la gestión de resistencias y residuos en los cultivos, BASF ofrece desde 2020 Serifel®, un biofungicida muy efectivo para el control de botrytis y esclerotinia en diferentes cultivos de hoja, solanáceas, cucurbitáceas, además de frutos rojos, vid o champiñón.

Serifel® permite cumplir con las demandas en seguridad alimentaria que reclaman los consumidores y el control de enfermedades que necesitan los productores. Se trata de un biofungicida de carácter preventivo, lo que significa que las aplicaciones deben realizarse de manera anticipada a la infección, para que el microorganismo pueda germinar, colonizar la superficie de la planta y generar metabolitos que combaten la enfermedad.

Serifel® forma una especie de escudo protector frente a un amplio espectro de patógenos de las plantas gracias a tres mecanismos de acción: la producción de metabolitos específicos, llamados  iturina y surfactina, que provocan el colapso de las paredes celulares de los patógenos; la competencia por espacio, ya que impide que los hongos y bacterias ocupen su lugar en la planta; y, en tercer lugar, la activación de mecanismos fisiológicos de resistencia de la planta frente a enfermedades.

Este biofungicida desarrollado por la multinacional BASF aporta flexibilidad respecto al tiempo de aplicación del producto, y supone un ahorro de costes logísticos debido a una dosis de aplicación reducida, con la consecuente gestión mucho más eficiente de sus envases. Además, el formulado sólo presenta esporas puras lo que aporta estabilidad y evita malos olores.

En definitiva, BASF destaca que Serifel® ofrece al agricultor “una herramienta fundamental para la lucha contra las enfermedades que amenazan a los cultivos, a la vez que ayuda a cumplir con las demandas de la cadena agroalimentaria”.