Un trabajo del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias ha evaluado y seleccionado potenciales agentes de control biológico de la polilla guatemalteca de la papa, Tecia solanivora, la plaga más importante del cultivo de patata en Canarias, que produce importantes pérdidas tanto en campo como en almacén. Los resultados, publicados en la revista Phytoma, revelan que el parasitoide Trichogramma achaeae es eficaz para condiciones de campo, mientras que el ácaro depredador Blattisocius tarsalis lo es en almacén.
La polilla guatemalteca, que llegó a Tenerife en 1999, está generando grandes pérdidas económicas en Canarias. Produce daños en las parcelas, donde puede llegar a afectar al 50% de la cosecha, y en almacén, donde puede echar a perder la totalidad de la cosecha. Además de las pérdidas de producción, la gravedad de la plaga también está contribuyendo a una reducción de la superficie de cultivo y un aumento de los gastos derivado de su gestión. “Si esta plaga no se controla podría producirse un colapso de la producción local de la papa, así como también posibles pérdidas de cultivares históricamente importantes”, advierten los autores de este estudio, Jorge Gavara, Estrella Hernández-Suárez y Ana Piedra-Buena. En 2022, este cultivo representaba en torno al 10% de la producción agrícola total de Canarias, con una producción aproximada de 111.208 toneladas y una superficie de 4.014 hectáreas.
En campo, los tratamientos fitosanitarios y las medidas culturales no son efectivas contra esta plaga de cuarentena, y en almacén actualmente no hay tratamientos insecticidas autorizados para su control. En este contexto, la búsqueda de enemigos naturales para el control biológico ha cobrado especial relevancia, sobre todo los especialistas en huevos, que provocan la muerte del insecto antes del nacimiento de las larvas y evita los daños.
Para determinar su idoneidad como agentes de control biológico, los investigadores del ICIA evaluaron los parasitoides Trichogramma euproctidis y T. achaeae, así como el ácaro depredador Blattisocius tarsalis.
Tecia solanivora produce importantes pérdidas tanto en campo como en almacén
Los parasitoides de huevos de Trichogramma se utilizan con éxito para el control biológico de una amplia gama de lepidópteros en todo el mundo. En este trabajo, T. euproctidis, pese a favorecer la reducción poblacional de la polilla guatemalteca, no logró que se obtuvieran tubérculos sanos en condiciones de campo. T. achaeae sí fue capaz de reducir los daños y obtener tubérculos sanos. Este parasitoide “Se mostró como un candidato de biocontrol apto para pasar a su prueba en cultivo, donde se deberán plantear densidades de liberación mayores y un mayor número de sueltas”, subrayan los investigadores.
En condiciones de almacén, ambos parasitoides fueron descartados: T. achaeae no pudo parasitar sin luz, mientras que T. euproctidis no logró una protección significativa de los tubérculos. Por el contrario, B. tarsalis si lo hizo, aunque los investigadores matizan que solo puede depredar huevos en la superficie de las patatas: “Una vez se produce la eclosión y la larva penetra el tubérculo, resulta inaccesible para el ácaro, por lo que su aplicación no exime del correcto control visual de tubérculos infestados previo al almacenaje”.
El grupo de investigación quiere seguir trabajando con estos agentes de control biológico para estudiar “la adaptación y normalización de su uso en condiciones reales, el ajuste de las densidades de liberación y número de sueltas, así como la comprobación en otros sistemas de almacenaje y de la viabilidad económica”.